Cuando Alan García Pérez llegaba a la Ciudad Blanca, no solo acostumbraba hospedarse en la vivienda de su buen amigo Adolfo de Córdova.
Lo hacia también en el barrio de la Antiquilla, en el distrito de Yanahuara, lugar que lo acogió durante la época en que su padre, Carlos García Ronceros, se encontraba recluido en el temido penal El Sexto.
Carlos García fue secretario de organización del Apra, y estuvo preso durante la dictadura de Manuel Apolinario Odría.
Alan García Pérez vivió de pequeño con un fuerte sentimiento e identificación aprista, quizás desde el momento en que su madre Nytha Pérez Rojas, arequipeña de nacimiento, lo concibió en el año 1949.
Buen Compañero
Luis Calle Rodríguez, economista de profesión y exdirector ejecutivo de Autodema, recuerda con nostalgia aquellos años en que conoció al dos veces presidente del Perú.
Época en que compartió con García el trabajo que desempeñó como secretario departamental del Comité de Gobierno del Apra.
Apenado y consternado, Calle resalta la cercana relación profesional que siempre lo unió con el líder del Apra y, a su vez, el gran cariño que demostró por Arequipa, la tierra en que nació su madre Nytha.
“Alan quería mucho a Arequipa, y eso siempre fue resaltante, pues fue hijo de Nytha Pérez, una respetable dama que nació en Camaná y que estudió en la Universidad Nacional de San Agustín (Unsa). Yo creo que desde que su madre lo llevó en el vientre, él ya era aprista de corazón”, sostiene Calle Rodríguez.
Fue arequipeño
Aunque no recuerda con precisión, cuánto tiempo vivió Alan García en el barrio de la Antiquilla, Luis Calle cuenta que su vivienda era compartida con una escuela pública primaria, ubicada entre la intersección de la calle La Recoleta con la avenida Enmel, lugar donde el exmandatario desarrolló sus dotes de orador entre sus amigos.
“La primera vez que vino a nuestra ciudad (Arequipa), tendría entre 5 a 6 años. Luego regresó nuevamente a los 16 años, desde ese entonces cultivó muchas y buenas amistades”, asegura Calle.
Años más tarde, en 1971, se graduó como abogado en la Universidad de San Marcos.
Luego se mudó a Europa por 6 años, donde estudió un doctorado en Derecho en la Universidad de Madrid y Sociología en La Sorbona (París). Esa fue la época en que empezó su carrera política.
Sus aportes
“Él tenía mucho que dar a la juventud a través del Instituto de Gobernabilidad que dirigía en la Universidad San Martín de Porres, porque quería revitalizar el partido”, manifestó, y al mismo tiempo dijo que a través de su locuacidad, transmitía fácilmente los pensamientos de Haya de la Torre.
Para el economista, falleció una persona que aún tenía mucho que aportar al desarrollo del país.
Comentario sobre post