LEYENDA POPULAR DE SACHACA
Entre Sachaca y Tiabaya se encuentra un brazo de cordillera, masa desconcertante de piedra pizarrosa. En el camino que cruza el cerro, existen en las rocas unas huellas patentes de auquénidos y pisadas de seres humanos. Al respecto, las buenas gentes del lugar contaban que en momentos en que el Misti erupcionaba, arrojando luego lava, ceniza y agua hirviente, apareció por allí el apóstol Santo Tomás.
Compadecido el santo de la angustia y el pánico de la pobre gente, se arrodilló, pidiendo misericordia al Dios bíblico.
Mas al ver que sus plegarias no eran escuchadas se quitó una de sus sandalias y con el ímpetu de un antiguo profeta la arrojó sobre la mole incandescente, la sandalia prodigiosa cayó en el mismo cráter, que se apagó para siempre, como recuerdo quedaron las huellas sobre la piedra reblandecida.
APARICIONES MILAGROSAS EN EL PERÚ
A continuación, detallaremos un gran número de apariciones de imágenes sagradas en los apus o montañas que son consideradas como reales manifestaciones divinas, para los habitantes del ande peruano.
EL ROSTRO DE TUNUPA EN OLLANTAYTAMBO
No existe un dato exacto de cómo fue tallado y desde cuándo se alza sobre un cerro la imagen de hasta dos hombres barbados en Ollantaytambo, Cusco, como ya hemos repasado para algunos Tunupa es el mismo Wiracocha, para otros Taguapaca, como también se le conoce, es hijo de Ticsi Wiracocha, lo cierto es que se le vincula al poder del rayo y los volcanes, es un reformador y ordenador del mundo también.
EL SEÑOR DE QOYLLUR RIT’I
Puede significar estrella de nieve, o bien nieve resplandeciente, un nombre enigmático que nos recuerda los orígenes precolombinos de este culto. Se dice que comenzó con la milagrosa presencia del Salvador a fines del siglo XVIII, y alrededor de la roca donde se dice que hizo su aparición, se construyó el santuario cristiano que todos visitan.
Esta fiesta se origina con la historia de un pastor llamado Marianito Mayta, al que se le apareció un niño disfrazado de pastorcito y se hicieron muy amigos. Cuando los padres los encontraron vestidos de ricos ropajes avisaron al párroco del lugar, quien intentó capturarlo, pero sin éxito, el niño desapareció y Marianito murió de pena. En el lugar donde fue enterrado el niño, apareció la imagen del Señor crucificado sobre una roca, allí se construyó el templo en medio de las colosales montañas de nieve.
SEÑOR DE HUANCA
Existen varias versiones sobre cómo se inició la devoción por la imagen de la piedra. Se cuentan básicamente dos. La primera historia fue allá por 1675. Diego, un indio cansado de los maltratos de los españoles, escapó hasta Huanca, refugiado en una cueva rezó durante todo el día para que no lo encontraran y así fue. Luego se aparecería ante él la imagen del Cristo ensangrentado. Asombrado por el milagro, Diego comunicó lo sucedido al obispo y luego de una peregrinación se envió un pintor a aquel preciso lugar para que reprodujera lo que se había visto. Donde se pintó la piedra, se construyó una capilla que luego se volvería el santuario.
La otra versión del origen de la devoción: Un boliviano llamado don Pedro Valero, desahuciado él, conoció a un doctor extranjero que, milagrosamente, lo salvó después de brindarle un tratamiento de aguas. A cambio, el médico, que respondía al nombre de Enmanuel, solo pidió que Valero fuera a visitarlo a su casa en Huanca. Grande fue su sorpresa cuando, en 1778, llegó al lugar y los pobladores le dijeron que en esa localidad no había nada, tan solo una capilla abandonada. Terco fue hasta el sitio señalado y halló una piedra pintada con un Jesucristo azotado. Lo increíble fue que el rostro del hijo de Dios era el mismo de la persona que lo había sanado.
SEÑOR DE PUCARÁ EN PUNO
Hace menos de cinco años que un rayo cayó sobre una pared rocosa en el apu Pallallaque en Huancané Puno, y formó una imagen muy similar al rostro de Jesús, hoy son miles los fieles que viajan hasta este lugar a implorar por los favores y milagros de Dios. La iglesia poco a poco viene autorizando este culto cristiano-andino, tanto así que ya se celebran paraliturgias y bendiciones en este cerro.
SEÑOR DE COSOS
Esta advocación de Cristo se encuentra plasmada en la roca, el que tenga fe que observe con detenimiento al apu, sin gran esfuerzo podrá notar de perfil el rostro de Jesús, la imagen se encuentra localizada en la ladera de un cerro del anexo de Cosos, es considerado uno de los principales atractivos del distrito de Aplao y del valle de Majes. Esta madre roca pertenece a la formación Yura-Moquegua.
El Señor de Cosos se asemeja a Jesucristo mirando serenamente hacia el firmamento. Es visible desde la carretera interprovincial de Castilla.
EL ROSTRO DE JESÚS EN COCACHACRA
La sagrada aparición se plasmó en el cerro Tuco a unos cuatro kilómetros de la provincia de Islay, el lugar se encuentra ubicado en el anexo de Pampa Blanca, distrito de Cocachacra provincia de Islay, y hoy se ha convertido en centro de atención y admiración de los pobladores de este sector del valle de Tambo.
A pesar de que la zona presenta un paisaje natural envidiable, por el contraste de lo árido y la vegetación del valle interandino, las características de las rocas han formado un rostro.
La imagen lejos de ser una pareidolia aparenta ser el rostro del Nazareno, según los vecinos del lugar. La cara mística, presenta ojos, nariz, boca, barba y el contorno de la imagen. Manuel Huayna, vecino de Chucarapi, cuenta que nadie antes se percató de este detalle. “Viendo con detenimiento, si uno se ubica en el centro mismo del puente Pampa Blanca, se puede ver con claridad esta imagen”.
SEÑOR DE LA PEÑA DE YATO EN PAMPACOLCA
Cuentan los abuelos de Pampacolca, que al pie de una formación rocosa inclinada, jugaban unos niños que la utilizaban como resbaladero. Un día uno de los niños se dio cuenta de que había aparecido plasmada en la piedra, la figura de un hombre crucificado, rápidamente dieron cuenta de lo sucedido a las autoridades eclesiales, quienes confirmaron el hallazgo como producto de un milagro.
Se hizo un pequeño santuario en el lugar, pero era tanta la cantidad de fieles que lo visitaban, que decidieron levantar una iglesia de mayor tamaño aún, y la ubicaron a algunos metros del sitio, pero para poder trasladar la imagen fue necesario separarla de la roca madre, para lo cual dinamitaron el cerro y milagrosamente la imagen logró salir ilesa de la explosión.
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