Por Walter Castillo Chávez*
En 1989 a María José Carrazco, una secretaria española, le diagnosticaron que sufría esclerosis múltiple. Consciente de lo que le sobrevendría con tan cruel enfermedad, intentó suicidarse, pero su esposo lo impidió y la persuadió de seguir viviendo.
Pero el mal fue destruyendo su sistema nervioso y le fue cada vez más difícil caminar, coger las cosas, asearse, alimentarse sola. Cuando se redujo su capacidad de ver, oír, hablar, de pasar un bocado, y ni la morfina calmaba sus dolores, dijo entonces, “no quiero dormirme, quiero morir”.
Pero no podía suicidarse por mano propia debido a su atrofia total.
En un video que conmovió al mundo, quedó registrado cómo pide a su esposo que le ayude a eliminarse, y cómo él le acerca el vaso del que sorbe el líquido que puso fin a su vida, reivindicando el derecho a morir de aquellos seres afectados por enfermedades terminales o existencias azotadas por el dolor.
Solo días después, Alan García, cercado por las pruebas que confirmaban la recepción de dinero de Odebrecht para su campaña, mediante compañeros de partido y colaboradores suyos, se suicidó disparándose un tiro en la cabeza.
En su carta final insiste en ser totalmente inocente y que no permitiría ser detenido y expuesto públicamente en situación tan denigrante.
En las clases sobre teoría política que daba a sus alumnos de la Universidad San Martín de Porres, García dijo repetidamente que la actitud del bravo capitán inca Cahuide, de suicidarse arrojándose de lo más alto de la fortaleza Sacsayhuaman al verse rodeado por los españoles, fue poco digna pues debió luchar hasta morir.
Y la pregunta cae por su peso ¿por qué él no luchó hasta el final para demostrar su supuesta inocencia?
Es que Alan García no solo estuvo cercado por la justicia sino por su consciencia, y el repudio de la mayoría de peruanos que lo consideran un político corrupto.
Y aunque suene duro, ante su muerte y la de María José Carrazco, es inevitable recordar la terrible frase de Vargas Vila: “Cuando la vida es un dolor, la muerte es un derecho; cuando la vida es una infamia, el suicidio es un deber”.
*Periodista y comunicador
Comentario sobre post