Por Sergio E. Mostajo C.
En el Perú hace falta escucharnos unos a otros. Atender lo que dice el interlocutor ocasional, oírle mirándole a los ojos, asentir si estamos de acuerdo o esperar que termine de hablar para expresarle nuestro desacuerdo o punto de vista diferente.
Lo ocurrido, desde el fatídico 17 de abril, día en que Alan García Pérez se suicidó, es atroz, en términos de información y opinión.
Las redes y los medios han destilado odios, insultos, descalificaciones, descréditos, de uno y otro lado.
Dejando de lado ese suceso, ocurre lo mismo con otros temas, mediáticos o no, no sabemos oír, no atendemos, no nos respetamos.
He visto a personas hablar sin oírse, intercambiar palabras sin referenciar lo dicho por la otra, peor aún, imponer sus criterios y conceptos en voz alta, atropellando y avasallando.
En este punto quiero mencionar a manera de autocrítica, el penoso protagonismo de colegas periodistas, quienes maltratan a sus invitados en los sets de TV o cabinas de radio.
Intentan por todos los medios, en voz alta e incluso con palabras de grueso calibre, hacer prevalecer sus opiniones y puntos de vista personales, y si no lo consiguen, cortan abruptamente las entrevistas. Reprochable maltrato.
Ocurre más en los medios capitalinos. Allí, estos ‘colegas’ se irrogan roles de policías, fiscales y jueces. Investigan, juzgan y sentencian a todo el mundo, algunas veces de manera personal y en otras, en una mal disimulada política del medio de comunicación para el cual trabajan.
Con lástima, puedo asegurar que esto se está convirtiendo en una perniciosa práctica en el seno familiar, agravada por la indiferencia e intolerancia, pues muchas veces, quien no está de acuerdo con lo dicho por el padre, madre o hijos, deja la ‘conversación’ y con la palabra en la boca al emisor.
Se ha convertido en una frase nacional la conocida expresión: “De qué se trata para oponerme”. Ni siquiera se termina de decir algo para obtener un rotundo ‘No’. O un ‘Mejor lo hacemos a mi manera’.
¿Será un complejo de inferioridad encubierto?
Urge oírnos.
*Periodista
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