Según el Área Contra la Trata de Personas y Tráfico Ilícito de Migrantes del Depincri, el Facebook es el primer contacto que tienen las potenciales víctimas con estas mafias delincuenciales.
Le siguen, el Whatsapp y las falsas agencias de empleo o modelaje.
Las víctimas tienen en común hogares disfuncionales, necesidades económicas, vacíos emocionales y adicciones.
Buscan jovencitas con edades entre 13 y 18 años, aunque también se reportan algunos casos de mujeres entre 23 y 24 años de edad.
Según la información policial, son varias personas reportadas como desaparecidas, pero desde inicios de este año, solo se denunciaron dos casos de trata de personas.
Según la psicóloga educativa Yvonne Bedoya Salazar, “en algunos países la edad legal para tener cuentas en redes sociales es de 13 a 14 años; pero no se respeta”.
Bedoya explica que la mayoría de padres no se da cuenta del peligro. “Los niños que tienen redes sociales se exponen a riesgos como el acoso, ciberbullying, abuso sexual, explotación, entre otros”, afirmó.
“Ellos no están preparados emocionalmente para afrontar las redes sociales. Ven las fotografías y vídeos como ideales y metas a seguir, autoengañándose, dañando su autoestima, buscando constantemente la aprobación en línea”, explica la especialista.
Por sus trabajos, los padres no brindan tiempo de calidad a sus hijos. Y como están solos, los niños y adolescentes acceden a las redes, juegos y demás actividades informáticas altamente adictivas.
Esta situación genera adolescentes con perfiles idóneos para que sean captados por las redes de tráfico de personas, que están al otro lado de la pantalla.
Manipulada y secuestrada
Ese fue el caso de una joven que llamaremos Fernanda, quien fue contactada en una fiesta, manipulada en Facebook y finalmente secuestrada.
Ella desapareció en noviembre del año pasado, con solo 21 años de edad.
Cuatro años antes de ser contactada en una discoteca, su familia atravesaba por el dolor de una enfermedad que lentamente acababa con la vida de su abuela.
Su madre había caído en un estado depresivo que la llevó a ser medicada. Además de la ausencia total del padre que quedó sumergido en el trabajo.
Esta situación hizo que Fernanda llenara sus vacíos emocionales, en fiestas y discotecas donde entabló amistad con “turistas europeos”.
Y durante esos cuatro años, mantuvo conversaciones por Facebook hasta altas horas de la noche, por las diferencias de horario.
Fue así como se generaron lazos afectivos, se hizo novia de su amigo español, quien demostró preocupación por sus problemas.
Sin darse cuenta, la joven envió fotos, videos y mensajes de contenido sexual y erótico personal. Se desconoce si esa fue una de las razones por las que accedió a los pedidos de sus secuestradores.
Con 20 años, Fernanda fue convencida por su novio de viajar a Francia, ya que era mayor de edad y era libre de tomar sus decisiones.
En junio del año pasado, ella dejó su celular en la cocina a vista de su madre y hermana, quienes al oír el sonido del mensaje, lo vieron y descubrieron la patraña. Todo estaba listo para el viaje, documentación e incluso boletos de avión. Sus padres y tíos trataron de disuadirla, pero todo esfuerzo fue en vano.
Para evitar el viaje, la familia decidió internarla en una clínica particular por problemas mentales. La joven convenció a sus padres de que había entrado en razón, y un día de noviembre subió al avión rumbo a Francia.
Actualmente la joven está desaparecida, el caso sigue su curso legal y de búsqueda.
Los padres no accedieron a identificar a ningún miembro de la familia, pero sí a compartir su experiencia como un medio de prevención.
BUSQUE AYUDA
Las redes sociales generan adicción y a la vez evidencian el problema de fondo; carencia de áreas afectivas no resueltas, relaciones familiares no atendidas.
Los jóvenes caen en estados dependientes y depresivos, o en el peor de los casos, se vuelven víctimas de redes de trata de personas.
Si cree estar atrapado o atrapada en esta situación busque ayuda profesional. Y si sospecha que está siendo víctima de trata de personas, denuncie a cualquier comisaría, mantenga la cuenta activa y no borre las conversaciones, ni fotos ni vídeos.
La Unidad de Protección de Víctimas y Testigos se pondrá en contacto con usted. La Fiscalía de Crimen Organizado le otorgará un código para proteger su integridad y la de su familia. Recibirá protección, asistencia legal, psicológica y social.
OTROS CASOS
Yvonne Bedoya Salazar, psicóloga educativa, agregó que existen otras formas de abuso a través de las redes sociales, como el sexting, a través del Whatsapp, donde las niñas toman fotografías de su cuerpo cada vez más comprometedoras a cambio de recargas de saldo.
Posteriormente son obligadas a aceptar invitaciones a hoteles para ser abusadas sexualmente, etc.
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