De un disparo en la cabeza murió Fabricio Borja Molina de 21 años, en el distrito de Hunter.
Según las primeras investigaciones de la policía, el varón que trabajaba como vigilante estuvo tomando con un amigo durante la mañana.
A las 13:10 horas ambos varones caminaban por la segunda cuadra de la calle Los Andes, y al parecer tuvieron una discusión, los vecinos escucharon un disparo y Fabricio cayó al suelo.
Su acompañante salió corriendo y dejó solo al varón, que se desangraba en medio de la pista.
El vigilante tenía un orificio en el lado derecho de la cabeza, a la altura de la sien. El arma de fuego quedó junto al cuerpo.
Se trata de un revólver casi inoperativo, no se descarta que le pertenezca al occiso, ya que trabajaba en una empresa de seguridad.
Hasta el lugar llegó personal del AIC Homicidios del Depincri, peritos de criminalística, la fiscal de turno y el médico legista para realizar las diligencias y levantamiento del cuerpo.
Los efectivos de homicidios manejan dos hipótesis.
La primera sería que el vigilante se autoeliminó, versión que será afirmada o descartada con la prueba de absorción atómica a la que sometieron al cuerpo.
La versión del homicidio no está descartada, la policía solicitará las cámaras de vigilancia, para visualizar cómo sucedieron los hechos e identificar al amigo.
En las imágenes se aprecia a los dos varones caminando juntos, a los pocos minutos se observa que Fabricio cae al suelo.
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