Columna del Director
Miles de peruanos no volvieron a conciliar el sueño ayer por la madrugada, tras despertar de manera brusca por culpa de un intenso sismo de 7.5 grados que se registró en la zona oriental amazónica del país.
El movimiento telúrico se produjo a las 02:00 horas con 41 minutos, según el reporte científico. Y no sólo se sintió en el Perú. Las ondas sísmicas se registraron en diversas naciones como Colombia, Ecuador y Brasil.
De igual forma, fue percibido en regiones peruanas como Junín, Pasco e Iquitos, al igual que en la capital de la República.
Todos se movilizaron y nuevamente se pusieron en ‘modo prevención’. El presidente Vizcarra viajó al lugar, y sus ministros se pusieron atentos.
Sobraron los comentarios propios e impropios en redes sociales. Aquellos que nos llaman a la reflexión y que aportan en el sentimiento preventivo que no tenemos.
Y de los otros, como el de la congresista Vilcatoma que no sorprende, al buscar figurar y alarmar de manera innecesaria, publicando fotos de un sismo ocurrido en Chile, como si fuera el registrado en Tarapoto.
Pero tan pronto como desaparecen las réplicas, también se desvanece ese sentido de prevención que deberían asumir con responsabilidad, todos los peruanos, principalmente sus autoridades en todos los niveles de gobierno nacional y subnacional.
En Arequipa, no somos la excepción, los simulacros de sismo no sirven para nada, y las autoridades prefieren pensar en otras cosas más mediáticas y coyunturales.
Es el caso de Elmer Cáceres Llica, enfrascado en posiciones de las que carece de información, como el caso de Majes Siguas II, olvidando temas vitales e inmediatos como la adquisición e instalación de un sistema de alerta en base a bocinas, que ya existen y funcionan en muchos países, incluso menos desarrollados que el nuestro.
No pensar ni invertir en prevención es irresponsable, y al actual gobernador regional no le interesa el siguiente sismo, aún si ocurriera de madrugada.
Por ello, corresponde a cada familia con igual compromiso entre padres e hijos, impulsar simulacros de evacuación en sus hogares, y trasladar esa actitud a sus centros de trabajo.
Al siguiente segundo, luego de leer esta columna, se puede registrar un sismo mortal. Prepárese.
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