Mariely Loaiza
El director de la Asociación Fe y Derechos Humanos (Federh), que proporciona asesoría jurídica gratuita a las personas de bajos recursos en temas de violencia familiar, trata de personas, etc., exhorta a la población puneña a tener una cultura de denuncia, pues de otro modo no avanzaremos en la erradicación de terribles problemas sociales.
¿La trata de personas desde cuándo empezó?
Desde siempre, porque la trata de personas es la explotación de una persona. La esclavitud, la prostitución y el trabajo forzado son trata de personas, pero en el pasado se desconocía… Desde hace 5 años la trata entró como un delito debido a la desaparición de las personas.
La trata surge también a raíz de la falta de trabajo y espacio laboral, donde también está involucrado el Estado, ya que no da oportunidad a los más jóvenes y lamentablemente hoy en la actualidad Puno ocupa el segundo lugar en trata de personas.
¿Desde cuándo la asociación Federh empieza su labor en prevención de trata de personas?
Hace 5 años, más o menos, cuando se conformó la Mesa de Lucha contra la pobreza en Juliaca, ya que en Puno se formó más antes; es ahí cuando se propone trabajar el eje del problema de trata de personas, en el cual la asociación Federh se incorporó.
Es por ello que nosotros, como asociación, decidimos incidir en este tema debido a la desaparición de personas, sobre todo las de bajos recursos económicos; es por ello que emprendimos el trabajo para prevenir y denunciar este delito.
Puno, silenciosamente, marcaba un índice alto en lo que hoy conocemos como trata de personas, sobre todo en Juliaca, ya que era donde más casos de desapariciones se registraban y se registran.
¿Cómo están las coordinaciones con el gobierno local y regional en la trata de personas?
Al comienzo se tuvo muchos problemas, ya que no se daba importancia a este delito; en muchos casos por el problema del presupuesto… Ahora, a insistencia de las entidades públicas, privadas y la sociedad civil, es que se ven forzados a trabajar.
En las últimas reuniones, el Ministerio del Interior nos informó que hay instituciones del Estado que tienen el presupuesto para trabajar en el problema de trata de personas, pero que hasta el momento no han movido ni un solo centavo para contrarrestar el problema.
¿Indiferencia? ¿Flojera? ¿Falta de compromiso? Las instituciones del Estado son las que deben abarcar más y nosotros, como asociaciones civiles, estamos para reforzar ese trabajo; es por ello que ponemos en conocimiento qué aspectos se deben trabajar.
Hasta el momento, las instituciones no están comprometidas, ya que a las reuniones que citamos son muy pocos los que asisten. Si no tenemos una coordinación seguiremos siendo el segundo lugar, y lamentablemente nosotros, que no contamos con presupuesto asignado, estamos haciendo el trabajo que no hacen las instituciones del Estado.
¿Cuántos casos de trata de personas han llevado?
En lo que va del año, hasta el momento, hemos brindado apoyo a dos casos, tanto en Puno como en Juliaca, en los cuales brindamos apoyo gratuito, ya que no contaban con todos los recursos económicos.
Lamentablemente, la población tiene miedo, no tiene cultura de denuncia; me acuerdo que una vez hubo un caso en el cual tres niñas no querían denunciar porque alegaban de que si denunciaban, quién les iba a dar dinero para que puedan vivir. Sabiendo eso, permitían que se les vulnere sus derechos.
Otro caso que tuvimos fue que un joven denunció que había sido tratado mientras dábamos un taller en un CEBA, en el cual él mismo exhortaba a sus compañeros de que no caigan en las garras de los tratantes.
Así también tenemos uno muy fuerte sobre la joven Stefani; ella fue captada mientras trataba de comprar un celular vía internet, mediante comunicación de un amigo de su exenamorado, pero lamentablemente la secuestraron. A partir de ello su vida se convirtió en un infierno, sufriendo una serie de torturas.
Sin embargo, después de 8 meses, logró escapar por sus propios medios; en la actualidad, luego de sufrir injusticias, recurrió a nosotros porque no le daban solución ni tampoco cuentan con los recursos económicos.
¿Cómo es el trabajo de prevención sobre trata de personas que realizan y a cuántas instituciones han brindado información?
Para empezar, tenemos que adaptarnos a nuestro entorno de trabajo; hay materiales como de CHS Alternativo, en el cual se producen materiales, pero no son de Puno, no hablan de la realidad de la trata de personas en Puno.
Hasta el momento hemos trabajado, durante este año, ya con 14 instituciones educativas y el año pasado trabajamos en Juliaca y Puno con un promedio de 26 instituciones educativas, en las cuales no realizamos ningún cobro por los talleres que brindamos.
Con la investigación y los testimonios que tomamos, nosotros producimos nuestros materiales; esto, de acuerdo con nuestra zona, como trípticos, afiches, spots en los idiomas de quechua y aimara, que buscamos que sean difundidos.
Nuestro trabajo empieza con la modalidad de captación, para ver cuán propensos son las personas… y lo sorprendente es que caen con el ofrecimiento de un sueldo y un trabajo fácil; los jóvenes a los que le ofrecemos un trabajo nos dan sus datos así nada más, es por ello que les decimos que no deben caer y que casos como los que nosotros les mostramos, pasan.
A partir de ello, nos enfocamos en que nuestros talleres sean simples y sencillos, de manera que los niños, jóvenes y adultos puedan entender qué es la trata, sus modalidades, cómo es el proceso de captación y sobre todo a dónde acudir para denunciar.
¿En la actualidad cómo piensan incidir en la prevención de trata de personas?
Desde hace dos años estamos trabajando el tema de talleres, y hemos visto que en ciudades como Juliaca, Puno e Ilave las personas saben del tema, porque ha sido cubierto por todas las instituciones que trabajan en la prevención de la trata de personas.
Es por ello que nosotros pensamos abarcar zonas alejadas como las comunidades y provincias, que no han tenido la posibilidad de tener información sobre el delito de la trata de personas. Nos dimos cuenta de que los tratantes están empezando a intervenir en zonas alejadas.
Y vamos a seguir nuestro trabajo, porque el mayor reconocimiento que tenemos es de las personas que nos agradecen por haberles ayudado, más que ser reconocidos con una medalla o diploma.
Comentario sobre post