Según los resultados de la Encuesta Nacional de Programas Presupuestales (Enapres) 2017, solo el 1.7 % del total de hogares rurales tienen acceso a agua apta para el consumo humano a pesar de que el 71.6 % cuenta con conexión de agua por red pública.
Los efectos de consumir agua no potable son la alta incidencia de enfermedades diarreicas y anemia en niños, siendo la desnutrición crónica infantil uno de sus resultados más perjudiciales.
Para disminuir estos efectos el Ministerio de Vivienda, Construcción y Saneamiento implementará la estrategia para incrementar el porcentaje de hogares con acceso a agua clorada, priorizando las regiones con más altos índices de anemia, entre ellas Puno.
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