Roger Tahua Delgado
rogertahua@hotmail.com
En 2001, cuando el gobierno corrupto y mafioso de Alberto Fujimori y Vladimiro Montesinos cayó, los gobiernos que lo sucedieron, de Valentín Paniagua y Alejandro Toledo, uno temporal y el otro elegido, no hicieron todo lo necesario para desmontar, en ninguno de los campos (político, administrativo, judicial, etc.), el aparato montado por esta organización delictiva que nos gobernó toda una década.
En el campo político, se le hizo concesiones y se dejó que reagrupara sus operadores y nuevamente se organicen.
El resultado lo hemos vivido todos estos últimos años. Poco a poco fueron obteniendo más poder y fueron envalentonándose, a tal punto que los delitos por los que fueron juzgados quieren ser convertidos en logros y legados.
Hoy los vemos en el Congreso, al que quieren darle la calidad de primer poder del Estado o adjetivarlo como majestuoso, atropellando y haciendo uso y abuso de atribuciones, defendiendo intereses ajenos a los de la ciudadanía; porque al igual que antes se les está haciendo innumerables concesiones.
Los congresistas que representan a agrupaciones políticas (no voy a nombrar los partidos), de larga data, algunos, y, otros, nacidos dentro del esquema fujiaprista diseñado en los últimos diez años, no tienen la capacidad para enfrentarlos, ya que también han participado de acciones ilegales (por ahí uno va entendiendo el por qué tirios y troyanos blindan a Chávarry).
Los medios de comunicación de alcance nacional, tanto de prensa escrita como televisiva, brindan sus espacios de manera frecuente y escandalosa para darle tribuna a quienes vienen pisoteando la legalidad y gozan de una ilegitimidad manifiesta.
Todo esto nos puede indicar que lo sucedido después del pedido de voto de confianza que planteara el presidente de la República, no sea nada más que una concesión que se le hace a la hoy mafia fujiaprista.
Habrá varios responsables si algún hecho desencadena la repulsa y acción ciudadana. Algunos están tratando de evitar la caída de los mafiosos, porque al parecer también fueron los beneficiarios de lo que una Constitución espuria nacida de una dictadura delictiva, les ha permitido realizar.
*Catedrático universitario
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