Por Ana Maria Vizcarra
Es una planta originaria de los Andes amazónicos y está profundamente relacionada con la mística de nuestras culturas ancestrales.
Conocida desde la antigüedad por sus propiedades medicinales y mágicas, el uso de la hoja de coca ha sobrevivido al tiempo y a la imposición de otras culturas y creencias.
Cuando los conquistadores españoles tratando de desterrar sin remordimientos todo tipo de costumbres en la ya conocida “Extirpación de Idolatrías” intentó arrancar este conocimiento de la memoria de los pueblos originarios, la Mamá Coca se resistió al olvido y se impuso en las tradiciones y creencias de nuestro pueblo hasta nuestros días.
Tan sagrada era la coca que fue durante mucho tiempo privilegio de los soberanos y las clases gobernantes. Se decía que Manco Capac, había traido la planta como un regalo del Dios Sol para el pueblo andino.
La coca representaba para los antiguos moradores de nuestros andes el alimento que poseía la fuerza y la energía de la vida, así como su conexión con los espíritus divinos de la naturaleza, los Apus (las montañas), la Pachamama (la tIerra), el Tayta Inti (el Sol), la Mamá Killa (la luna), la Mama Qocha (el agua).
Las hojas de coca estuvieron durante mucho tiempo como un privilegio de los soberanos y las clases gobernantes. No hubo ceremonia donde la hoja de coca no estuviera presente, acompañó a nuestros antepasados en sus ritos desde su nacimiento hasta su largo viaje después de la muerte.
Las hojas de coca eran depositadas en la boca de los difuntos para que tuvieran un mejor tránsito al más allá. Las tumbas encontradas posteriormente, dan fe de estas aseveraciones.
Pero, por qué es tan especial esta planta. Es seguro que muchos de los lectores han probado alguna vez este maravilloso alimento, en infusiones, jugos u otras preparaciones. Sin embargo, la manera que nuestros sabios abuelos consumían las hojas de coca, era “ pijchando ”, (término exclusivo para describir la masticación de esta planta en particular)y manteniendo en la boca aquella bola compacta y fibrosa de la que extraían los milagrosos jugos muchas veces acompañada de la llipta (especie de piedra hecha de cal y cenizas) para potenciar aún más sus efectos.
Es entonces cuando a lo largo de los caminos, en la cima de las montañas o en las largas faenas laborales, se sintieron reconfortados con aquella sensación que poco a poco embargó sus cuerpos dotándolos de calma, disipando momentáneamente el hambre, la sed, el frio y el cansancio y confiriéndoles nuevamente el aliento.
LA SAGRADA
Hoy en día las tradiciones se han conservado y los descendientes de aquellos habitantes andinos aún siguen utilizando a la hoja de coca en sus ceremonias mágico – religiosas.
El oráculo, en donde el lector se conecta con el espíritu de la planta para predecir el futuro, extiende una manta tejida en donde se esparcen las hojitas verdes que forman figuras y que pronto comienzan a hablar, respondiendo, aconsejando y advirtiendo en un encuentro íntimo entre el alma de la planta y la del consultante. Se dice que solamente un descendiente del Ande puede tener el don de leer la coca.
Considerada como un vehículo entre el hombre y la divinidad, en la antigüedad, la coca respondía cuestiones sobre el destino de sus pueblos y sus gobernantes, hoy en día es consultada por cuestiones de amor, salud o trabajo.
El Kintu, en quechua significa regalo u ofrenda para la divinidad. Este Kintu consiste en tres hojas de coca superpuestas que representan la trilogía de los mundos, el Ukju Pacha (mundo de abajo o mundo de los muertos) el Kay Pacha (mundo del presente y de aquí) y el Hanan Pacha (mundo de arriba, celestial o supraterrenal). El Kintu simboliza la flor sagrada unificada y es utilizado en ceremonias y ofrendas para propiciar bendiciones, abundancia, buenas cosechas y protección.
La cura de coca, en donde los paqos y chamanes se someten a un tratamiento de 21 días pijchando coca, acompañado de un ayuno en el que solamente pueden beber agua y comer algo de maíz. El objetivo es desarrollar su sensibilidad al punto de experimentar la videncia, ver el aura de las personas y sanar el cuerpo y el alma.
Terapia de pareja, se dice que en los pueblos interandinos, cuando una pareja tiene algún tipo de discusión, posteriormente fijan un día para conversar, llegado el día se sienta el uno frente al otro y comienzan a pijchar coca durante unos 30 minutos esperando sus efectos, es allí cuando empieza la conversación. Ya con la mente en calma y el cuerpo relajado todas las palabras que salen de sus bocas, vienen del corazón y se puede llegar a un mejor entendimiento.
USOS MEDICINALES
En tiempos remotos, además de sus facultades mágicas y rituales, la coca fue utilizada como medicina por sus propiedades curativas. En comparación con otros cultivos esta planta se adecúa extremadamente bien a las zonas tropicales de Perú, Bolivia, Ecuador y Colombia, es capaz de dar unas cuatro cosechas al año y no son necesarios cuidados especiales, e inclusive es resistente a parásitos y enfermedades. Está constituida por 14 alcaloides, de los cuales la cocaína solo representa entre el 0.5 y el 3%, los científicos han comprobado que la hoja de coca es un estimulante mas no un narcótico. Ya que no crea dependencia alguna. Y es que esta planta contiene además gran cantidad de proteínas y vitaminas (A, E, B1, B2, B3 y C), alto contenido en minerales (zinc, magnesio, hierro, fósforo y potasio) y rica en antioxidantes. Esta composición ayuda a equilibrar el organismo ayudando a prevenir desde males de altura, hasta enfermedades como la artritis. La OMS muestra que la coca en estado natural no es nociva para la salud muy por el contrario la Universidad de Harvard la cataloga como uno de los mejores alimentos del mundo.
Es entonces nuestra obligación como descendientes de los pueblos ancestrales andinos revalorar nuestra identidad a través de maravillosa y sagrada coca, otorgándole su lugar y guardando respeto por su significado.
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