¿POR QUé REPETIMOS NUESTRAS HISTORIAS FAMILIARES?
(Extracto de Entrevista a la psicóloga Mónica Castillo Ferrer)
Bert Hellinger es el creador de las Constelaciones Familiares, él se fundamentó en la observación que tuvo en el África cuando fue misionero. Se da cuenta de que las familias africanas, específicamente las de la tribu de los zulúes vivían en armonía y entendió que había algo que hacía que los sistemas familiares funcionaran bien, entonces descubrió tres leyes fundamentales en aquella comunidad: La ley de la pertenencia, la ley del dar y tomar y la ley de la jerarquía. Cuando él encuentra que estas tres leyes se dan en la familia, comprueba que estas están sanas, viven en armonía y sus miembros son seres equilibrados.
LA LEY DE LA PERTENENCIA
Esta ley dice que todos los miembros del sistema tienen el mismo derecho a pertenecer a él, sea que estén vivos o que ya no estén entre nosotros, que hayan nacido o no, y hasta aquellos que la propia familia ha apartado porque han cometido un error. Vale decir una persona que ha cometido un delito, un crimen, un hermano adicto o un padre alcohólico será expulsado conscientemente de aquel grupo, y lo que Hellinger llama ‘el alma familiar’ lo devolverá a través de otro miembro del mismo sistema, uno más joven casi siempre, quien comienza a tener las mismas conductas de la persona que fue sacada del grupo.
Las lealtades inconscientes a nuestra familia hacen que nosotros tengamos ese sentido de pertenencia, que hace que repitamos patrones para buscar parecernos a papá, mamá o algún miembro excluido de la familia. Esto se traduce en enfermedades, por ejemplo, si mi papá tuvo diabetes yo también tengo que ser diabético para parecerme y ser parte de la familia. Igualmente los problemas financieros, económicos, laborales, de relaciones o dificultades familiares que se presentaron en mi padre, madre u otro miembro, yo también tengo que presentarlos porque tengo ‘inconscientemente’ que ser leal a ellos.
LA LEY DEL DAR Y TOMAR
Toda relación se da por la necesidad de equilibrar lo que damos a la persona o grupo y lo que recibimos de regreso. Este intercambio es lo que mantiene viva una relación. Al recibir algo bueno de alguien, se desea darle de regreso algo bueno, que generalmente es un poco más de lo que se recibió. De esta manera, cada uno va dando un poco más de lo que recibe, manteniendo e intensificando el intercambio y la relación.
Los desequilibrios surgen cuando la persona que da y que no recibe a cambio, siente que tiene poder sobre el otro o cuando alguien que toma y no da nada a cambio, se coloca en una postura inferior, de víctima. Así mismo cuando lo que se da es negativo, es cuando comienzan los interminables ciclos de violencia.
Esta ley se aplica a todas las relaciones, a excepción de la de los padres con los hijos. Esta relación nunca podrá estar en equilibrio. Ellos nos dan la vida y los hijos la tomamos. La vida es un regalo que nuestros padres nos han hecho y que no se puede pagar.
LA LEY DE JERARQUÍA
Es una ley muy importante porque es la que le da el lugar a cada uno de los miembros de la familia. El que llega primero es el de mayor jerarquía y el último es el de mayor importancia porque un buen sistema lo ayudará a crecer y a ser una persona madura.
Si alguien no ocupa su lugar en el sistema, se produce una implicancia, que quiere decir que otro viene y ocupa el lugar del que faltó. Pongamos el ejemplo de una madre que es muy infantil, frágil emocionalmente y que hace que su hija mayor ocupe su lugar como madre y también se encargue de los otros hijos. Este es un sufrimiento muy grande para la hija porque su madre no está ocupando su lugar y es probable que en su vida futura sea difícil encontrar una pareja, casarse y hasta tener hijos, ¿para que los tendría si ya crió a sus hermanos? Muchos de estos temas justamente tienen que ver con el orden de las jerarquías.
Entonces, los problemas que tenemos en las familias actualmente se dan porque alguna de estas tres leyes se rompe y porque algún miembro de la familia no ha solucionado un conflicto o no lo ha terminado de resolver, y entonces pasa a la siguiente generación.
Todo se recibe a nivel inconsciente, cada uno tiene en su campo energético toda la historia de su familia, quizás alguien ni siquiera haya conocido a su abuelo, padre o bisabuelo, pero los lleva consigo, cada uno viene con la historia familiar. Todos somos parte de un sistema.
Así mismo, somos 50% de mamá y 50% de papá, si no aceptamos a nuestra madre o a nuestro padre, lo que estamos haciendo es negarnos a nosotros mismos
Cuando no aceptamos a nuestra madre, nuestro interior, la parte afectiva, las relaciones con pareja y amigos, las emociones, la abundancia espiritual y los afectos se ven cortados. Cuando no aceptamos a nuestro padre, la fortaleza, la confianza, la seguridad, la autoestima, el dinero y el éxito se verán mellados.
Por ello debemos dejar de juzgarlos y verlos como seres humanos con cargas emocionales difíciles de llevar, si los comprendemos y los aceptamos tal como son, podemos integrarlos a nuestra vida. Si una persona no integra a ambos padres será una persona incompleta, no será feliz o muchas veces esto repercutirá en los hijos.
Según Berth Hellinger las Constelaciones Familiares son imágenes que curan, no es tanto lo que se entiende, sino más bien lo que se siente. Uno se da cuenta de lo que ocurrió en la terapia en ese momento o hasta incluso semanas después, cuando empiezan a sucederse los cambios.
19 de julio: Inicia la Formación de Constelaciones Familiares
Informes: IMÁGENES. Jerusalén 206 – Cercado T. 222272
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