Por Walter Castillo Chávez
Aprovechando la emoción que provocó la selección de fútbol, el gobierno otorgó la licencia de construcción que permitiría a Southern iniciar la explotación minera en Tía María y La Tapada e inmediatamente ordenó el envío de 670 policías y un helicóptero hacia el valle.
Pero no tener la licencia social, solo incendiaría nuevamente un enfrentamiento que causó la muerte de ocho agricultores caídos, defendiendo sus fértiles tierras.
En 1998 se produjo el asesinato aún no esclarecido, del Ing. Carlos Guillén Carrera, el más férreo defensor de Tambo ante la contaminación y destrucción de cultivos, a causa del anhídrido sulfuroso producido por Southern.
Su muerte sirvió para que los daños ambientales fueran repudiados mundialmente, lo que obligó a la empresa a procesar los humos reduciendo solo parcialmente su impacto.
No obstante, Southern siguió contaminando con aguas residuales y polvillo de metales producidos en su refinería y fundición.
Por ello, Óscar Gonzales Rocha, el más más de Southern, fue denunciado y sentenciado a dos años y medio de cárcel en 2009, pero quedó libre y solo fue multado con 50 mil soles gracias al juez Ricardo Chang Racuay, integrante de la organización criminal ‘Cuellos Blancos’, hoy preso.
La empresa continuó con su pretensión de explotar Tía María, presentando un estudio de impacto ambiental que era solo un remedo, aprobado sin chistar por Energía y Minas.
Debido a las protestas, se logró que ese estudio ‘trucho’ fuera evaluado por la Oficina de las Naciones Unidas de Servicio de Proyectos (Unops), que formuló 138 observaciones sobre daños ambientales que el gobierno había ignorado, y reveló además que los mexicanos no solo extraerían cobre sino oro, existente en gran volumen en La Tapada, la más cercana a las chacras.
Hoy el gobierno señala que la inversión de mil 400 millones de dólares que haría Southern en Tambo dará bienestar y desarrollo, pero la gente no muerde el anzuelo.
Le basta ver que donde hay mina (Cerro de Pasco, Huancavelica, Cajamarca, etc.) solo hay pobreza y contaminación. La gente sabe que la Sra. Southern tiene mala reputación y su pareja que es el gobierno del Perú, ha sido siempre aliado, alcahuete y fiel mandadero de toda gran empresa minera.
Claro está, al gobierno no le interesa que la promiscua Southern siga en mala vida corrompiendo a funcionarios y políticos, incluyendo a los inquilinos precarios de Palacio de Gobierno, que se conforman con los mendrugos que nos dejan mientras la parte del león se la llevan al extranjero.
*Educador y periodista
Comentario sobre post