La vivienda del gerente de la empresa prestadora de servicios de saneamiento Seda Juliaca, Mario Apaza Roque, sufrió un atentado (ruptura de vidrios de ventana), la madrugada de ayer. Las primeras hipótesis apuntan a una presunta venganza.
Así lo denunciaron, al menos, sus familiares, quienes luego del hecho, ocurrido en el inmueble ubicado en el jirón Apurímac 925, salieron ante los medios de comunicación para mostrar su preocupación y malestar, solicitando a la vez una investigación.
Nancy Díaz, cuñada del funcionario, calificó al acontecimiento de delincuencial, y dejó entrever que se trataría de una represalia de los trabajadores de la empresa Seda Juliaca, en cuyo caso dijo que debería solucionarse a nivel interno.
Por su parte, Vilma Mamani se mostró intranquila, temerosa de que actos similares se repitan en el futuro, afectando la vivienda (donde radican varias familias) y sus habitantes, entre los cuales hay varios menores de edad.
A su turno, el gerente de Seda Juliaca mencionó que el ataque se debería a la suspensión de la reunión del directorio, el último sábado, donde se tenía como agenda la observación de los gerentes de administración y de línea.
Recalcó que el cónclave no se llevó a cabo debido a los cuestionamientos de falta de productividad de su persona en el cargo, por parte de varios dirigentes, incluido -como líder- el presidente de la Central de Barrios de Juliaca, Orlando Fernández.
En otro momento, expresó que una de sus acciones fue el retiro de 64 trabajadores por locación de servicios, con vínculo de un año en promedio con la institución, lo cual lo pondría en riesgo.
En la víspera circuló un volante del Sindicato Único de Trabajadores de Agua Potable CUTAP – Juliaca, que pedía la renuncia del gerente, respeto de los pactos colectivos y reposición del jefe de Personal y Abastecimiento.
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