El humo purificador del incienso, aparece en la historia con las primeras civilizaciones. Cinco mil años han pasado desde que los hombres disimulaban el olor de animales sacrificados con el humo que emergía de la combustión de una mezcla de plantas y resinas.
Era llamado levonah por los hebreos, ibanos por los griegos, luban por los árabes y los romanos lo denominaron olibanum. En todos esos idiomas significa ‘leche’, por el aspecto de la resina al brotar del árbol. Sin embargo, en la actualidad se le llama incienso, nombre que deriva del vocablo latino incendere, es decir encender.
Los datos arqueológicos nos dicen que el incienso fue utilizado en el Antiguo Egipto, como una parte sumamente importante en sus ritos religiosos, tenían una inmensa variedad de aromas y se les atribuían poderes místicos. Se ha encontrado una gran cantidad de incienso en las cámaras funerarias de los faraones.
Es posible que desde Egipto y Arabia se hayan llevado los primeros inciensos a la India, China y el Tibet y estos se hayan mimetizado tanto que hasta hoy son un elemento fundamental en todas sus tradiciones, cultos y celebraciones. Los budistas tibetanos son quizás quienes han tenido mayor predilección por el uso del incienso, tanto en las ceremonias de iniciación como en otros rituales que son celebrados en los monasterios, con el fin de invocar el apoyo de espíritus benefactores del ambiente.
En la religión judeo – cristiana el incienso también es un elemento sumamente representativo. Se encuentra en numerosos pasajes del antiguo y nuevo testamento como un componente de purificación y ciertamente como una metáfora de oración y elevados valores.
El humo del incienso en las procesiones o en algunas ceremonias importantes para honrar objetos sagrados, nos hablan de su permanencia e importancia hasta nuestros días.
¿PARA QUÉ SIRVE EL INCIENSO?
Si hablamos de una experiencia plenamente sensorial, los aromas son capaces de trasladarnos a otros lugares y tiempos y a nivel cerebral existen algunas fragancias que puede actuar incluso sobre nuestras emociones. Por ello se podría decir que el incienso sirve para purificar el alma. En su uso doméstico, se utiliza para limpiar ambientes de energías densas, para armonizar y para expresar un poco de la identidad del lugar.
Dentro de la filosofía del feng shui, se cree que el incienso resulta ideal para activar la energía relacionada con la prosperidad y la capacidad económica de una familia, debido a que se activa con el elemento fuego.
Podríamos decir que el humo del incienso que se eleva es una metáfora de la conexión con la divinidad, es por ello que hasta hoy perdura su uso ceremonial y ritualístico en diversas religiones y filosofías del mundo.
TIPOS DE INCIENSO Y SUS USOS:
Limpieza y purificación: Las maderas y algunas hierbas son ideales para alejar la mala energía del ambiente. La mayoría de inciensos, están hechos a base de algún tipo de madera, por ello cualquier incienso servirá. Pero si tienes un lugar muy cargado busca que los olores sean de sándalo, eucalipto, palo santo, ruda o romero.
Armonía y salud: Después de haber purificado tus ambientes, puedes mantener esa buena energía con aromas florales y frescos como lavanda, jazmín y magnolia o cítricos como el limón. La línea Nag Champa, es ideal para mejorar el estado de ánimo y la energía ambiental.
Dinero y prosperidad: Por lo general los aromas dulces y con un toque de picante son ideales para atraer el dinero. Utiliza inciensos a base de canela, clavo de olor o café.
Amor: En este caso lo ideal es usar aromas frutales y dulces como el coco, vainilla, fresa o manzana. Así también el aroma a miel, chocolate y el de las rosas son óptimos para crear un ambiente que genere pasiones tiernas. Por otro lado puedes tener en cuenta que el pachuli y la mirra poseen un gran efecto afrodisiaco.
RECOMENDACIONES:
Cuando prendas un incienso, hazlo con una intención positiva en tu mente.
No apagues el fuego soplando, solo agita la varita hasta que se apague.
Si no tienes una porta incienso, puedes usar un recipiente con arroz.
Procura usar inciensos naturales, que suelen ser de color marrón. Los inciensos de color negro pueden ser de carbón que es dañino para la salud.
Nunca quemes un incienso mientras duermes, ni en lugares sin ventilación.
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