Diana Carolina Angles Díaz vivió diez años en Puno. Terminó sus estudios de Ingeniería de Sistemas en la Universidad Nacional del Altiplano y participó en varios concursos de estudiantinas, representando a la Facultad de Ingeniería Mecánica Eléctrica, Electrónica y Sistemas (FIMEES).
¿Qué tipo de música te gusta y qué músicos escuchas?
Dentro de los géneros que me encantan están la lírica andina, latinoamericana, jazz, tango y bolero, folkrock y la infaltable música puneña. Escucho mucho a la soprano ayavireña Edith Ramos Guerra, así como a Silvia Falcón y Lilian Cornelio, y la gran Ima Sumac, dentro de la lírica andina, así como ópera de la mezzosoprano Joyce Didonato. También escucho a músicos como los Kjarkas, los Huayras; el jazz de Louis Armstrong y Ella Fitzgerald; el tango de Astor Piazzolla; la fusión en folkrock de Sauron y Mago de Oz y, por supuesto, estudiantinas del departamento de Puno, como Rosendo Huirse y su Volantinero de las Tinieblas (que me llegó al corazón desde que era niña); escucho también las obras de los compositores puneños, dentro de los cuales están Jorge y Rosendo Huirse, Teodoro Valcárcel, Zacarías Puntaca Farfán y Javier Salas.
¿Si tuvieras que elegir un músico con el que charlar un rato, a quién elegirías?
Qué complicado elegir, pero me encantaría charlar con el compositor puneño Teodoro Valcárcel, sobre su música con elementos del folklore peruano; siempre me apasiona su complejidad, incluso para ser interpretado y cantado. Como comentario, la estudiantina FIMEES interpretó temas como “El Pajonal” y “Suray Surita” de Teodoro Valcárcel, con los cuales obtuvimos los primeros lugares en los concursos de estudiantinas que organiza la universidad. Realmente dejó un gran legado.
¿Existe alguna canción o melodía conocida o famosa que te hubiera gustado componer?
“Amor Indio”, del maestro puneño Jorge Huirse. Es un tema que, pienso, enciende de coraje a una mujer que a la vez está en un idilio; ese tipo de temas me gustaría componer. A su vez, tiene elementos muy ricos en la voz, que la hacen única; me encanta la música que empodera a la mujer andina y muestra con coraje sus sentimientos a través de la música.
Alguna anécdota curiosa que haya ocurrido en tu trayectoria musical…
Ser músico no es fácil, debes estar listo siempre. Por los viajes, a veces hay que cambiarse en el carro en pleno movimiento, para luego llegar, bajar del auto y subir a un escenario, frente de todo el público. Se hacen maravillas para estar siempre listos. Como anécdota, he pasado por muchas ocasiones y como dama hay que tener agilidad para “transformarse” y estar presentables en un escenario. Esa habilidad la aprendí de Myriam Calrodri, a quien estoy muy agradecida. También quiero compartir una anécdota gratificante que tuve y que casi es un reto, con el conocido huayno “Huajchapuquito” en tonalidad MI para jóvenes del colegio; me costó mucho, creí que no funcionaría, pero después de la presentación, escuchar a una niña imitarme con su voz blanca y haber llegado a ella con este huayno, fue la mejor sensación que tuve. Una de las claves es formar a los niños.
¿Qué le dirías a la gente que se quiera dedicar a la música?
La música no es solo una actividad del tiempo libre, la música es lo que nos hace libres. Si uno se dedica a la música, pues tiene el gran poder y responsabilidad de llegar a las personas y hacer manifestar los sentimientos y emociones más bellos; pero pienso que si te quieres dedicar a la música, también debes visionar la forma en que ayudar a mejorar, por lo menos con un granito de arena, este mundo; es decir, que seamos más humanos, que engrandezca a las personas y qué mejor a través de seres musicales y cantores. Tenemos la dicha de haber nacido en nuestro Puno, donde el arte, la cultura y el folklore se llevan en las venas y no morirán si decidimos también llevar esta labor con la música.
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