No solo los iluminados, los monjes o los santos son capaces de elevarse por encima del pensamiento para entrar en un estado de calma total, cada ser humano tiene la capacidad de hacerlo. La meditación es una maravillosa herramienta de autoconocimiento que nos ayuda a estar más conscientes y más relajados, y eso aporta en gran medida a nuestra salud, partiendo del hecho de que casi todas las enfermedades se originan en el plano emocional.
Como todo en la vida, para meditar, primero se necesita tener la intención, luego dar el primer paso y finalmente ser constantes para alcanzar el éxito.
Aquí te dejamos algunos tips y técnicas que te ayudarán en tu proceso:
- Ropa cómoda: Procura llevar ropa ancha, que sea lo más confortable posible, nada que apriete. Si es posible, quítate los zapatos, el reloj o cualquier accesorio que pueda incomodarte.
- Lugar tranquilo: Es importante que el lugar elegido para meditar sea silencioso y aislado, para no tener interrupciones. De preferencia que tenga una temperatura media, ni muy fría, ni muy cálida. También puedes elegir un jardín o un parque, ya que el contacto con la naturaleza te ayudará a conectarte más rápidamente.
- Música suave: Si es un ambiente interior, puedes usar música clásica o instrumental. También podrías utilizar efectos de sonidos de la naturaleza o sonidos binaurales.
- Correcta postura: La postura ideal para meditar es en posición de loto, pero también puedes hacerlo sentado en una silla, incluso algunos prefieren hacerlo tumbados en el piso o en la cama. Debes tener la espalda recta y los hombros y brazos relajados. Trata de encontrar tu postura ideal.
- Ojos cerrados: En la mayoría y sobre todo en tus primeras prácticas de meditación, mantener los ojos cerrados te ayudará a concentrarte en ti mismo y en tu práctica.
- Respiración: Una de las técnicas más básicas para meditar consiste en dirigir toda tu atención hacia tu respiración. Existen diversas maneras de respirar, pero lo importante es que busques calmarla, inhalando y exhalando suavemente. Concéntrate en la sensación que produce el aire al entrar y salir por tus fosas nasales, así como en la forma en que se infla y desinfla tu pecho. Concéntrate también en la duración de cada respiración.
- Tu cuerpo: Al ritmo de tu respiración, contrae y relaja cada parte de tu cuerpo, desde los pies hasta la cabeza, empezando a tomar consciencia de tus órganos y sistemas.
- Tus pensamientos: Mientras meditas es inevitable, sobre todo al inicio, que los pensamientos te asalten una y otra vez. No te preocupes, deja que fluyan. Cuando aparezcan simplemente acéptalos y después vuelve a centrar la atención en la respiración, el sonido o la sensación corporal.
- El tiempo: Haz que tu práctica dure cada vez más tiempo. Puedes iniciar tu práctica con un minuto al día para luego terminar en 20 o 30 minutos diarios.
- Las técnicas: Además de centrarte en tu respiración, también puedes utilizar técnicas de visualización. Aquí te damos algunas básicas:
• Técnica de la vela: Enciende una vela, colócate frente a ella con la espalda recta, empieza a respirar lentamente, una vez que te sientas relajado concéntrate en la llama, intentando no parpadear. Cuando sientas los ojos muy cansados ciérralos y visualiza la llama en tu mente enfocándote en el entrecejo. Repite el proceso las veces que sea necesario hasta que te sientas sumamente relajado. Es preciso decir que esta práctica se puede hacer con cualquier objeto, incluso la luna o una estrella. Al mantener la vista en un solo punto, la mente se aquieta (estado natural del cerebro), se desarrolla la concentración y se potencian las capacidades mentales como la atención y la memoria.
• Técnica del espejo: Siéntate con la espalda erguida. Coloca tus manos sobre las rodillas; cierra los ojos e imagínate sentado frente a ti, como si estuvieras viéndote en un espejo. Trata de reproducir con tu mente cada detalle de tu aspecto físico: tu cabello, tu vestimenta, tus facciones, tu expresión, la forma en que estás sentado. Visualízate desde todas las perspectivas: arriba, abajo, izquierda, derecha, y, al final, desde una perspectiva que englobe todas las demás.
• Repetición de una palabra o mantra: Mantras en sánscrito significan liberación de la mente. Son sonidos sagrados que al recitarse de forma reiterada consiguen que la mente se aquiete y enfoque su poderosa energía de manera positiva, alejando los pensamientos nocivos que nos rondan la mayor parte del día.
Puedes empezar con las vocales o el conocido OM. La idea es que inhales, emitas el sonido de manera sostenida mientras vas exhalando, de tal manera que se convierta en una vibración.
En la próxima edición profundizaremos sobre este tema y te daremos una lista de mantras según cual sea tu propósito.
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