Por César Millán, el “Encantador de perros”
Hace unos cuantos años mi mujer, Ilusión, me sugirió que inventase una correa que ayudase al dueño a sujetar el cuello del animal erguido durante el paseo, tal y como yo lo hacía en nuestro programa de televisión, y yo le sugerí que aceptase ella misma el reto. Con la ayuda del diseñador Jaci Rohr, Ilusión perfeccionó su idea del collar, cuya finalidad es utilizar la arquitectura natural del cuello del animal a favor del dueño.
En términos de uso de una correa, el cuello de un perro posee tres partes: superior, media y baja.
La parte más baja es la más fuerte y sobre la que el perro ejerce mayor control. Intentar controlar a un perro inestable con una correa en este punto puede provocarle ahogamiento, además de que el animal reaccionará tirando y resistiéndose, y lo más probable es que tú seas el perdedor del combate de lucha libre. Pero cuando la correa está sujeta en la parte más alta del cuello, ejerces presión en la parte más sensible, y por tanto requiere muy poco esfuerzo comunicarse, guiar y corregir al perro llevando la correa en esa posición. Es más natural para el perro claudicar, y de ese modo convertirlo en una experiencia de aprendizaje positiva. También contribuye a que aparte el hocico del suelo y a que no se distraiga con lo que le rodea. El collar Ilusión está diseñado para utilizar la parte baja del cuello como apoyo y al mismo tiempo la parte superior para comunicarse con él y controlarle.
Asimismo le ayuda a conseguir una posición corporal en la que parece más orgulloso, y creo que ésa es la razón de que los dueños de los perros de concurso lleven las correas en la parte alta del cuello: para mantener la cabeza del animal erguida y mostrar a los jueces y a la audiencia que el perro es un concursante orgulloso y confiado. Cuando un perro mantiene la cabeza erguida y mira hacia delante, todo su lenguaje corporal cambia. El rabo y el pecho suelen seguir la línea erguida de la cabeza, y una vez cambia ese lenguaje, la energía también. Cuando un perro mantiene alta la cabeza está comunicando que se siente orgulloso de sí mismo.
El decir que un perro se siente orgulloso ¿es un modo de proyectar un sentimiento humano en él? Yo creo que no. En el reino animal, hay muestras de lenguaje corporal que comunican ese orgullo. Todos hemos oído el dicho de «orgulloso como un pavo real». Cuando un macho de esta especie abre su abanico multicolor, saca pecho y se pavonea, pretende atraer a la hembra. Para mí esa actitud es una versión animal del orgullo; un orgullo que en el mundo animal se traduce en confianza, autoestima, nivel de energía, firmeza e incluso dominancia, una dominancia que también puede mostrarse en animales de talante más sumiso, porque con la clase de orgullo y autoestima que estoy describiendo se mezcla también el espíritu lúdico. No es una dominancia pura, que requiere sumisión de los demás, es simplemente un perro que se siente orgulloso de serlo.Ahora que lo pienso, lo que acabo de describir no difiere mucho de lo que llamamos orgullo en el mundo humano. Creo que sentirse orgulloso de uno mismo es un estado natural que comparte todo el reino animal. Y la autoestima. Y el lenguaje corporal que indica ambas cosas no varía mucho entre animales, ni siquiera de animal a humano.
Comentario sobre post