Columnista: Walter Paz Quispe Santos
Hay un hecho insólito en el Consejo Regional de Puno. En esta entidad se otorgan licencias para fugar o pasar a la clandestinidad. Al menos eso ha ocurrido en la última sesión, donde se ha otorgado 15 días a Walter Aduviri, al margen de las leyes que regulan las licencias y la ley orgánica de Gobiernos Regionales. Incluso, se ha pretendido acumular estas licencias ilegales hasta por 45 días con la complicidad de todos los consejeros regionales que ya habrían cometido con este hecho el delito de omisión de deberes funcionales.
Las licencias en la administración pública, tanto para servidores y funcionarios; siendo uno de ellos el Gobernador Regional solo proceden por causas justificadas, es decir razones bien fundamentadas como por motivos de salud y privación de la libertad. No existen licencias para fugar y ser clandestino. Lo que debió sesionar el Consejo Regional y sin los apasionamientos y miserias intelectuales es la suspensión temporal del responsable de la región Puno. El día anterior convocaron al asesor jurídico del Gobierno Regional quien como hombre de confianza del gobernador los indujo al error. Este señor sin análisis exhaustivo de las leyes y en aparente favoritismo y complaciente con quien lo designó, señaló que si procedían las licencias hasta por motivos de fuga o sentencia judicial. Toda la región Puno está enterada de que a Walter Aduviri lo han sentenciado por 6 años de cárcel efectiva por los disturbios ocasionados en el denominado aymarazo cuyas consecuencias fueron la quema de locales institucionales y dependencias comerciales y privadas de la ciudad de Puno.
El tema de la criminalización de las protestas como se arguye por parte de los defensores de Walter Aduviri deben merecer un mayor análisis y no ser pretexto para un aprovechamiento político por parte de dirigentes muchos de ellos cuestionados por su mal proceder en la conducción de organizaciones populares y sindicales. No creo que la violencia extrema y terror se normalicen como algo entre comillas “aceptable” en las sociedades actuales. Solo Sendero Luminoso tuvo esas prácticas de colocar bombas o echar gasolina y prender fuego a las instituciones para causar el terror. En ese sentido, exigimos un deslinde ideológico y político de los dirigentes con las prácticas rechazadas por todos que hacía Sendero Luminoso. La sociedad peruana y puneña no necesita actos violentos extremos como padecimos en la década del 80 y 90 del siglo pasado so pretexto de cambiar la sociedad.
En tanto, el Jurado Nacional de Elecciones ha anunciado que comunicará al Ministerio Público la inconducta funcional de los consejeros regionales y las licencias irregulares otorgadas al Gobernador Regional. La anarquía no es la solución para resolver los conflictos que existen en nuestra región. En Puno ciudad no están las mineras ni los ciudadanos de a pie tienen la culpa de lo que viene haciendo estas empresas transnacionales en contra de los recursos naturales de la región juntamente con el Gobierno Nacional. Por eso es importante que los dirigentes sepan orientar muy bien las protestas y hacer conocer sus demandas donde corresponda. No más violencia exacerbada, dirigida con odio por los allegados de Walter Aduviri y estoy seguro que el pueblo de Puno no lo tolerará.
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