Gloria Mendoza Borda (Puno, 1948). La educación primaria la realizó en las escuelas fiscales de Juliaca y Huancané. La secundaria, entre Huancané y Juliaca. Estudió inicialmente Letras en la Universidad San Antonio Abad de Cusco, luego Educación en San Cristóbal de Huamanga. Es una de las voces más representativas de la poesía femenina de Puno.
Alan Ever Mamani Mamani
¿Cómo incursiona en la poesía, qué hechos o momentos significativos determinaron su presencia en las letras puneñas?
En la primaria gané un concurso literario por el Día de la Madre, en una bella Escuelita 842 de Huancané. Antes de terminar secundaria, José Luis Ayala y otros llegaron a la pequeña ciudad aimara, dimos lectura de poesía, entonces ya se había formado la Promoción Intelectual Carlos Oquendo de Amat. Al escucharme José Luis, me invitó a pertenecer al grupo. En esa oportunidad no llegó Omar Aramayo a Huancané. No tengo un testimonio directo sobre la formación del grupo. Guardo mucho cariño y recuerdo sobre mis compañeros de generación. Quedamos cuatro. Lloré a la distancia cuando se fueron dos de ellos. Últimamente, participé en la Feria de Libro de Huancayo, y me dio mucha alegría ver a Gerardo García Rosales, nos dimos el abrazo del siglo. Me alcanzó su último libro bien calibrado y sentido: “Entre caretas y cullacaras”, visto en el momento, el más joven de todos, con una vida disciplinada y una esposa crítica literaria Lilia Figueroa Manyari.
El recuerdo más significativo que tengo es el de mi abuela materna Gumercinda cuando yo tenía 5 años era mi primera artista, me confeccionaba muñecas de trapo, bordaba los ojos, boca, clapitas; le hacía vestidos, Gumercinda Briones Romero, prima de Emilio Romero. Cuando tenía 6 años mi madre la dejó en Juliaca y me llevó a su trabajo en Sollata, allí recibimos la noticia de su muerte, lloré como los sauces, así niña, nadie me hacía caso, le reclamé al río que nos abrazaba. La vida de mi padre para mí fue magistral. Cuando apareció el grupo Orkopata él tenía 16 años, había aparecido Los Siete Ensayos de Interpretación de la Realidad Peruana de Mariátegui y él hace un trabajo sobre ese libro el mismo año que aparece en la revista Pukara del Colegio San Carlos, tengo la revista a imprenta. Mi padre me contaba que siendo adolescente caminaba detrás de Churata, Alejandro Peralta, Aurelio Martínez, los More; con la presencia del hermano, ganó la política.
¿Qué autores influyeron en su formación poética?
Inicialmente, leí los autores que estaban en el currículo de Colegio, pero en ese tiempo yo leía pintores dentro de las nuevas vanguardias, armé todo un portafolio con cuadros de Picasso, Salí, Ensor, Munch, Kandinsky, encontraba una poética en sus pinturas. Luego, esos años leímos a los franceses de moda: Baudelaire, Rimbaud, Mallarmé, Verlaine. Las últimas décadas de mi vida tengo un autor que admiro: Roberto Juarroz. Siento admiración por los surrealistas argentinos del siglo pasado; admiro la poesía de Gabriela Mistral. Leí poetas como Czeslaw Milocz, Wislawa Szymborska y muchos otros. Definitivamente, me atraen los poetas mapuches Elicura Chihuailaf, Graciela Huinao, Leonel Lienlav. Me gusta la magia de la argentina Alejandra Pizarnik. América Latina tiene buenísimos poetas. Al año nuestro poeta Leoncio Bueno cumple 100 años y deberíamos hacer bulla para que el Ministerio de Cultura realice la edición de su obra completa. Casi todos sus libros son artesanales editados por él mismo. Sigue galante y con una memoria asombrosa.
¿Cómo es que descubre a Carlos Oquendo de Amat, en qué circunstancias?
Conocí la obra de Carlos Oquendo de Amat, primero por los poetas Omar Aramayo y José Luis Ayala. Luego en mi familia paterna, mi padre, su hermano Vicente, su hermana Carmen, Oquendo los visitaba. Me dio pena que Oquendo visitaba familias en Moho y Huancané ;y, luego, se ponían alcohol en las manos. Antes la tuberculosis era la peor enfermedad. Después, del Grupo Oquendo, Vargas Llosa gana el Premio Rómulo Gallegos en Venezuela. Al margen de sus ideas políticas respeto tener un Nobel de Literatura. El Grupo Oquendo lo lanzó a la poesía peruana indudablemente.
¿Es así como conforma la promoción Carlos Oquendo de Amat?
Estando en los dos últimos años de secundaria participaba en el grupo Oquendo, éramos muy amigos con el poeta Alberto Valcárcel, poeta que vi hasta sus últimos días de vida en Arequipa, un hermano de mi generación.
¿Qué piensa de la poesía femenina y de la poesía feminista o activista?
Claro que hay poesía femenina, por el hecho mismo de dar vida. Me duele mucho que existan feminicidios en manos de monstruos que a veces están en la misma familia. Cada vez aumenta más. En mi tiempo había una especie de inocencia. Las mujeres éramos respetadas. Cómo callarnos ante esos horrores. Pero, de allí a ser feminista o activista. No. Tengo otra mirada. No soy dogmática. Como poeta respeto el trabajo de ambos géneros aunque siempre nos creen el punto débil. En el Perú, está apareciendo un silencioso movimiento de escritura que habla de estas atrocidades y no necesariamente son activistas con otros fines hasta financieros. Esta nueva poesía tiene la valentía de enfrentar una realidad que nos duele a todos. El 2003 estuve en Puerto Rico como Ponente Magistral junto a Gioconda Belli de Nicaragua, Angélica Gorodischer de Argentina, Nancy Morejón de Cuba, Priscilla Gac-Artigas de Puerto Rico-Estados Unidos y la novelista Mayra Santos Febres de Puerto Rico. Tengo muchos personajes mujeres en mis libros, es natural para mí. Sin darme cuenta a veces estoy invitada junto a mujeres.
¿Cuál es su visión sobre la poesía política y la poesía parametrada al servicio de un régimen?
Creo que la visión sobre la poesía política no terminó. Vivimos un país en crisis. La poesía debe responder a su verdad, y no estoy hablando de una formación realista. Da vergüenza que hayan escritores que se pongan al servicio de un régimen. Felizmente, tenemos ejemplos buenísimos en el Perú, hasta el final de sus días se mantuvieron y se mantienen en sus ideales. Soy una mujer de izquierda pero sin partido.
¿Puede mencionar su publicación en orden cronológico y los temas que aborda?
Los Grillos tomaron tu cimbre (Casa de la Cultura-Cuzco, 1971); Lugares que tus ojos ignoran (Texas-EEUU, 1985) Prólogo de la poeta peruana Cecilia Bustamante; El legendario lobo (Lima, 1995); La danza de las balsas (Lima- Editorial Horizonte, 1998) Prólogo del doctor Manuel Baquerizo; Dulce naranja dulce luna (Lima, Arteidea Editores, 2001) Prólogo de Manuel Baquerizo y la escritora italiana Giovanna Minardi; Mujer mapa de música (Lima – Arteidea Editores, 2004) Presentación del poeta Jorge Luis Roncal, Antología de tres poetas: Rosina Valcárcel, Gloria Mendoza y Ana Bertha Vizcarra; Donna carta di musica (Italia, 2005) Traducción de la escritora Gladys Basagoitia; Q’antati deshojando margaritas (Lima – Arteidea Editores, 2006) Prólogo del escritor español Manuel de la Puebla; Resonancias entre agua y piedra (Canadá, 2010) Libro electrónico con prólogo de la doctora Grabriela Etcheverry; No digas que no sé atrapar el viento (Lima, Arteidea Editores, 2011) Prólogo de Porfirio Mamani Macedo; Desde la montaña grito tu nombre (Lima, Lluvia Editores, 2013) Prólogo del Poeta Benjamín León, Sevilla – España; Amtasiña (Universidad Nacional del Altiplano, Puno 2013) Prólogo de Rocío Castro Morgano y Anamaría Mayol, Argentina; Mariposa Blanca /Mariposa Negra con el sello de Martín Zúñiga (Arequipa, 1917)¸Biografía de los Marginales (Lima, ediciones Summa, 2018); Mi abuela, mi patria (ediciones Ventana Abierta /Grupo Editorial Arteidea Lima, 2018); además la antología de más de 10 años de trabajo en Los Martes Literario de la Alianza Francesa de Arequipa Un Otoño Azul (Cuervo Editores, 2018), un título que viene de otro libro de Luzgardo Medina Egoavil.
La temática es similar, los andes. Con el apoyo de búsqueda y compilación de mi hija Nadja tengo mi obra reunida, está el prólogo. Pero no hay los medios económicos para editar, el libro titula Puerto puquis me llama. Allí terminó seguramente mi periplo en la poesía, me esperan no muchos años para ya no concurrir en la vida pública.
Gloria, viaja mucho por otros países y, por cierto, conoce a muchos otros poetas… ¿esa experiencia cómo nutre su creación poética?
Tuve la suerte de ser invitada a muchos países latinoamericanos con todo pagado, encuentros, festivales y ferias. Y en cada país encontré importantes poetas, hicimos intercambio de libros. Uno de los viajes más sensacionales fue viajar al sur de Chile, Chillán. Allí me impresionó la poesía mapuche, además conocí la casa de la familia Parra. Impresionante el Museo Violeta Parra. Con un poeta haitiano Jean Jacques Pierre-Paul fuimos a saludar la poesía parriana, su casa; luego la de Gonzalo Rojas que vivió los 30 últimos años de su vida allí, construyó una casa espectacular con un mirador a la ciudad diseñado por él mismo. Nos dirigimos al cementerio para saludarlo en nombre de la poesía. Chillán organiza un Encuentro Nacional: Grupo Cultural Ñuble, cada año solamente un invitado internacional, me tocó a mí el 2018; dos años antes el invitado internacional había sido Ernesto Cardenal. En la Pontificia Universidad Católica de Chile conocí algunos capos de la poesía hispanoamericana como a una jurada del Premio Cervantes, compartimos una sola mesa de lectura una noche principal junto a otros cinco poetas de otros países.
¿Y qué piensa de la poesía puneña actual, goza de buena salud?
Creo que hay un camino bien trazado en la poesía puneña. Puno tiene una tradición cultural innegable para el Perú. Me agrada que vivan en Puno escritores de mucha trayectoria, desde allí se proyecten al país. Me alegran los importantes premios que vienen recibiendo. Hay escritores trascendentes puneños que viven Lima y otras ciudades, sin perder nunca Puno. Y me sobrecoge la aparición de varias voces de jóvenes poetas mujeres con una mirada distinta y segura.
Después de largos años de haber trajinado por la poesía, ¿estaría en condiciones de definir qué es la poesía?
Creo que la poesía es una experiencia de vida, de viajes al interior y exterior. Si solamente nos quedamos en el lugar, no va, somos más cerrados. Pero sí hay poetas que se quedan, salen y vuelven, a ellos los admiro porque parten desde su punto principal para lanzar sus escritos al Perú. Eso es Puno. Tenemos muchos casos similares y ejemplares. Es muy difícil dar una definición de poesía. Es imposible definir a la poesía, hay poética en todo hasta en las matemáticas que aplicaba Verástegui. Hay poética en el mar, en los ríos, en las piedras.
En la época en que se inició como poetisa, había debate sobre la poesía social y la poesía pura, ¿cree que continúan esas diferencias?
Es bien raro aceptar llamarme poetisa. Tu misma pregunta lo dice, había. En este momento hay lenguajes personales. Cuando estudiaba en Ayacucho se discutía mucho la literatura y arte social y puro.
¿Cómo percibe el rol de la crítica literaria, cree que su poesía fue y es muy valorada, teniendo en cuenta que la mayoría de los críticos son varones?
Nunca me preocupé en acercarme a críticos literarios, además creo que hay pocos. Y lo que menos creo es en esos críticos académicos de las universidades donde hay escuelas de literatura, son absolutamente elitistas. Salvo casos especiales como Guissela Gonzales, gracias a ella Efraín Miranda Luján, va encontrando el canon que le corresponde en la literatura peruana. Críticos de prestigio son necesariamente Ricardo González Vigil, Mauro Mamani Macedo, Dorian Espezúa Salmón y otros, y otros que nos miran a los provincianos como nativos. Un crítico que admiré mucho es Manuel Jesús Baquerizo. Respeto el trabajo de Juan Alberto Osorio en su acercamiento a la literatura del sur, maneja el ensayo hace décadas, aunque creo que allí estoy invisible.
¿La escritura de las mujeres es distinta a la de los varones?
Es distinta en el sentido de que la mujer alumbra, da vida, la mujer da frutos, es la mamapacha. El hombre es el sol, la persona que trabaja y da otra clase de alumbramiento. Creo en el trabajo de los dos, solamente con la diferencia de género. No es justo que se escriba más sobre varones. En Puno hacen ferias, la universidad da reconocimientos, la municipalidad igual, (les compran pasajes a los maestros), pero solamente todo se concentra en un grupo. Particularmente, yo no existo y no me inoportuna. Nunca busqué periodistas. Siempre escribo desde mi memoria puneña, es como si no tuviera otro asunto. Yo vivo y escribo desde la memoria aún habiendo viajado a otros lugares.
Ahora que ha alcanzado una madurez poética y ha tenido grandes lecturas de autores, ¿qué le recomendaría a los escritores jóvenes?
Que lean a los clásicos y a escritores de todos los tiempos. Roberto Juarroz, Emilio del Carril, Wislawa, Dulce María Loynaz, Martín Adán, Carilda Oliver, Blanca Varela, Carmen Ollé, José Emilio Pacheco, Luis Hernández, Antonio Cisneros, Carlos Oquendo de Amat, Marco Martos, etc. Y que lean a los poetas de la región, que hay muy buenos, es difícil nombrar a todos.
¿Qué proyectos tiene para el futuro?
Que se publique mi libro: Puerto Puquis me llama. Concentra 50 años de trabajo. Además, quisiera reunir mis textos de memoria en la actividad cultural. Que la Universidad publique la obra completa de Mercedes Bueno Morales, mi amiga inteligente y sorprendente hasta su fin.
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