Producto de una rara enfermedad, Magaly Huarsaya Ramos, una joven de 21 años, dejó de existir el último domingo 15 de setiembre. Ella padecía de hidrocefalia, mal que le paralizó la mitad del cuerpo, entrecerró sus ojos y la volvió sorda del oído izquierdo antes de quitarle la vida.
Pese a ello, no dejó de luchar hasta el último momento. Sin embargo, además de su enfermedad, ella tuvo que enfrentar a los demás, a nosotros, que en gran medida la afectamos con nuestra indiferencia, un terrible tipo de violencia que se registra en diversos estratos sociales, económicos y geográficos.
Lamentablemente, las principales víctimas de esta violencia, y de la mayoría que existen y son consideradas delito, son las mujeres. Lo terrible son las consecuencias: feminicidios, suicidios.
A propósito de ello, la Comisaría de Familia PNP en Puno informó que de enero a la fecha se registraron 271 denuncias de maltrato hacia la mujer; de esta cifra, la mayoría es de violencia física, seguidos por violencia psicológica, violencia económica y patrimonial.
VIOLENCIA PSICOLÓGICA
“La violencia psicológica, que se manifiesta en insultos pero también en el control y el ejercicio de poder del hombre sobre la mujer, es la que más afecta al género femenino en el Perú”, mencionaba Silvia Loli, exministra de la Mujer y actual secretaria técnica de la Comisión de Justicia de Género, dejando en claro que aunque esta parezca la agresión más leve, es la que desencadena trágicas consecuencias.
“Hay una violencia extendida, pero violencia de control, no tanto para matar a las mujeres sino para tenerlas sujetas. Con tal que ella esté allí, los hombres las controlan, las sancionan emocionalmente. Eso es lo más extendido y lo menos visible”, acota Loli.
VIOLENCIA ECONÓMICA
Yaneth Mendoza Juárez, abogada y principal defensora de las mujeres en delitos de violencia contra las mujeres, comenta de manera contundente que también hay una violencia económica que se va agravando.
“Una de las violencias que más afecta a las mujeres es la económica, y es mucho más grave cuando implica la manutención de sus hijos. Separarse no debería implicar olvidarse de las ‘bendiciones’ y de sus necesidades, y la pensión no debería ser utilizada como arma para conseguir cosas como el sexo o que quien reclama tenga que someterse a la voluntad del demandado para poder cobrar”, afirma.
“Es hora de que accionen y no permitan que vulneren su dignidad; aprovechemos todas las leyes que benefician a la mujer y a nuestros hijos y enseñémosle a esos malos hombres que sí o sí deben cumplir con sus obligaciones y no deben dejar en el desamparo a sus hijos”, agrega.
VIOLENCIA Y FEMINICIDIOS
Puno es la segunda región, después de Lima, con el más alto índice de feminicidios. En la ciudad de Juliaca, por ejemplo, son 5 casos de feminicidio registrados, el 50% de los cuales ocurrieron luego de un hecho de violencia familiar.
Algunas de las causas de violencia son: consumo de bebidas alcohólicas, bajos recursos económicos en el hogar y la infidelidad en la pareja.
¿A QUIÉN RECURRIR?
Actualmente existen profesionales y activistas en Puno que brindan apoyo, como la abogada Yanet Mendoza.
También a nivel institucional existen los Centros de Emergencia Mujer, la Fiscalía y Policía de Familia, además de la misma Defensoría del Pueblo, que tienen entre funciones, además de informar, orientar y velar por el cumplimiento de los derechos de las mujeres.
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