Las protestas sociales de las últimas semanas no han sido exclusivas de Sudamérica. Los reclamos por una mejora en la calidad de vida, contra los altos costos de los servicios, los impuestos, el transporte y la medicina también son reivindicaciones anheladas en otras partes del mundo.
Mientras cientos de miles de manifestantes salían a las calles en Ecuador, Chile, Bolivia y Colombia, al otro lado del planeta también se encendía la calle. Irak, Irán y el Líbano han vivido desde octubre jornadas de masivas manifestaciones exigiendo mejoras económicas, sociales y el fin de la arraigada corrupción.
Sin embargo, el accionar de las fuerzas del orden ha sido brutal en Medio Oriente. Mientras en Sudamérica, el número de muertos ha rondado los 70 [lo que no lo hace menos grave], en Irak e Irán los fallecidos podrían superar largamente el millar.
Esto debido a la represión institucionalizada en ambos países, sobre todo en Irán, donde las protestas no están permitidas y son bien conocidos los antecedentes de baños de sangre contra multitudes.
Desde el 15 de noviembre, cuando se iniciaron protestas pacíficas en Irán, habrían muerto más de mil personas, según informaciones de la inteligencia estadounidense. El régimen islámico solo ha reconocido la muerte de dos civiles y de cuatro miembros de las fuerzas del orden.
Y en Irak, las continuas manifestaciones de los jóvenes -alentadas en redes sociales- han dejado hasta ayer 440 muertos.
En Irak, la ira de la gente ha despertado un sentimiento antiiraní -país con el que mantuvieron una sangrienta guerra en los años 80- por la injerencia de los ayatolas en la política de su país; y en Irán las quejas de la población pasan por la crisis económica y el por qué el régimen tiene que invertir millones de dólares en solventar su influencia en la región a costa de sus bolsillos.
Algo más
El 1 de octubre empezaron las protestas en Bagdad. Más de mil personas salieron a las calles para manifestarse contra la corrupción, el desempleo y el mal estado de los servicios públicos. Desde entonces, la movilización no ha parado.
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