Por: Américo Huanco
Más de 300 familias de San Gabán (Puno), Camanti (Cusco) e Inambari (Madre de Dios), luego de tres años de perseverancia y constancia, ven con orgullo cómo crecen sus cultivos de cacao y les dan el sustento necesario para mejorar su calidad de vida. Esto, gracias a la Comisión Nacional para el Desarrollo y Vida sin Drogas (Devida).
Agricultores netos
Los cultivos de San Gabán revelan la vida de las familias que tienen visión. Entre ellos, Ernesto Valeriano Callasaca, beneficiario del caserío de Alto Bellavista en Puerto Manoa, expresa con satisfacción su travesía diaria para sostener su plantación de cacao: “Necesita mucha dedicación, este trabajo es para verdaderos agricultores”.
Del mismo modo, Francisco Izquierdo, productor de Lanlacuni, indicó que el proceso en dicha labor es progresivo, debido a la complementación de los productos: “No solo es el cacao, previamente sembramos otros frutos como plátano, piña o rocoto; ello nos ayuda a preparar la tierra para la siembra del cacao”.

En ese sentido, muestra con alegría los árboles de bambú y caoba que sembró paralelamente para crear linderos y armonizar los sembríos autosostenibles, ya que prevé un buen aprovechamiento de sus huertos en un futuro gracias a la valorización de la preciada madera.
Entre tanto, Max Álvarez, coordinador de la institución, expresó que la tarea del cultivo de dicho fruto es todo un reto, ya que solo los “agricultores netos” son los que actualmente ven el resultado de los tres años de esmero entre los recónditos paisajes de la selva peruana.
Juventud laboriosa
La fructífera actividad también incluye a personas de toda edad; Yony Mango, lozano agricultor de Challhuamayo, es quien a sus 20 años asumió el desafío del cultivo del cacao. Ahora es propietario de dos hectáreas, en las que tiene pensado plantar más productos alternativos.

“Yo tomé esta labor como un reto, gracias a los talleres y pasantías me motivé para continuar con el cultivo, no me arrepiento de haber empezado con este trabajo”, expresa el joven productor, quien es uno de los pioneros del fruto en el distrito.
Asimismo, su perseverancia y determinación ha logrado el apoyo de sus padres, quienes en un inicio no avizoraban los grandes resultados que lograría, por lo que defiende con valentía su tarea diaria en los sembríos.
Ausente apoyo
Por otro lado, entre el sinfín de obstáculos que enfrentan las familias dedicadas al cultivo de tales productos, la falta del apoyo de las mismas autoridades causa desazón.
Claudia Cruz, agricultora que con preocupación solicitó la creación y mantenimiento de las vías, ya que la accesibilidad y transporte de los productos e insumos es una travesía, exhorta: “Quisiéramos más presencia de nuestras autoridades, prácticamente el trabajo de ellos lo hace Devida”.
“A falta de un puente que nos permita el ingreso a nuestros huertos, mi esposo casi pierde la vida en el río”, exclamó entre lágrimas Cruz Lipe.
Compromiso
En el presente año ingresaron en producción 58 hectáreas de cacao de las 350 hectáreas instaladas en el período 2016 – 2018, en beneficio de las 304 familias cacaoteras, generando de esta manera una economía lícita y sostenible.
Para el 2020, la producción de nuevas hectáreas de cacao se incrementará a 135 hectáreas. El presupuesto financiado y ejecutado directamente por Devida, en 4 años, del 2016 al 2019, asciende a 6 millones 540 mil 861.65 de soles, lo que permitió ampliar nuevas hectáreas de cultivos de cacao, plátano y otros; distribuir herramientas, abonos y sobre todo brindar capacitación y asistencia técnica a los agricultores.

Para los más de 300 agricultores, emprender este reto garantiza una vida tranquila, a pesar de cierto recelo por parte de otros agricultores que se dedican al cultivo ilícito de la coca. Y es que el cacao, como evidenciaron desde el 2016, les ha brindado sustento: “El tiempo y trabajo invertido no fue en vano”.
Algo más:
Los agricultores piden que el proyecto de los productos alternativos se prolongue. Devida ha garantizado la permanencia de su asesoramiento hasta el año 2020.
Dato:
El 5% de los agricultores de la selva puneña se dedican al cultivo de productos alternativos como el cacao.
Citas:
“Devida solo se encarga de la instalación de las producciones, la gestión depende mucho de las autoridades locales”
Max Álvarez, Coordinador de Devida
“Solo queremos que nos dejen trabajar, siendo cacaoteros no somos enemigos ni de la agricultura, ni de nuestro pueblo”
Yony Mango, Joven agricultor
“Aquí está el cacao; aun así, hay personas que no creen en nuestra labor; hay quienes dicen que en San Gabán no hay cacao, ellos están mintiendo”
Máxima Huamán, Agricultora
“Yo me veo como un próspero agricultor en unos años; para la tranquilidad de mi familia, he optado por este producto”
Francisco Izquierdo, Agricultor
“Si la gente no quiere beneficiarse con los productos alternativos, no podemos hablar de desarrollo. Es un error pensar que el cacao no es productivo”
Ali Machaca, Presidente de la Cooperativa Agraria San Gabán
304 familias impulsan el cacao
304 familias de 14 caseríos de los distritos de San Gabán (Puno), Camanti (Cusco) e Inambari (Madre de Dios) suscribieron adendas a las actas de entendimiento con la Devida que ratifican su compromiso para cultivar productos alternativos como cacao.
Durante 2019, los agricultores recibieron asistencia técnica personalizada y capacitación práctica en ocho Escuelas de Campo para Agricultores (ECAs), 12 Capacitaciones Técnicas Grupales (CTG) y seis días de campo, con la finalidad de intercambiar experiencias y conocimientos entre los productores en temas de control de plagas, técnicas de podas, técnicas de fertilización, poscosecha y otros que permitan un manejo adecuado del cacao.

Comentario sobre post