Los bomberos aprovechaban este martes la breve tregua que dieron las temperaturas y, en algunas zonas, la lluvia para controlar los incendios que asolan desde septiembre el sur de Australia antes de una nueva subida de los termómetros para el fin de semana.
Los voluntarios, exahustos tras meses de intenso combate al fuego descontrolado, aprovecharon para limpiar la vegetación y realizar quemas controladas antes de una nueva subida anunciada para el viernes.
La lluvia dio el lunes un respiro, pero no fue suficientemente intensa como para apagar el fuego y en algunas zonas, incluso dificultó las labores de los bomberos para realizar las quemas controladas.
“Realmente se trata de apuntalar la protección para limitar el daño potencial y la aparición de nuevos fuegos en los próximos días”, dice el comisario del Servicio Rural de Bomberos de Nueva Gales del Sur, Shane Fitzsimmons.
Se espera que las condiciones meteorólogicas no sean tan extremas como en los peores días de la crisis, pero Fitzsimmons dijo en la cadena ABC que es importante “no caer en un falso sentido de seguridad”.
El martes llegaron algunas señales de alivio desde la costa noroeste del país con las primeras lluvias del ciclón Blake en el noroeste del país.
No se espera que Blake tenga un impacto en los incendios que tienen lugar en el otro extremo del enorme país, pero podría ser una señal de cambio en las extremas condiciones meteoróligicas que han alimentado el fuego.


Los bomberos realizaron un funeral en Sídney por el joven colega Andrew O’Dwyer, que murió a los 36 años, combatiendo el fuego a finales de diciembre. Foto: AFP, tomada el 7 de enero de 2020
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