Alemania sigue viviendo en un campo minado, después de casi 75 años de la Segunda Guerra Mundial. Debido a una operación para desactivar cuatro artefactos de aquella contienda, miles de personas tuvieron que abandonar sus casas en la ciudad de Dortmund.
Las autoridades locales ordenaron evacuar dos hospitales, en cuyas proximidades se ubican los proyectiles. Más de 14.000 vecinos fueron alojados en las escuelas, mientras que la estación ferroviaria fue temporalmente cerrada.
El hallazgo de bombas de la Segunda Guerra Mundial sin detonar se produce con frecuencia en Alemania. En junio, un proyectil perteneciente a la Fuerza Aérea de EEUU explotó en un campo a las afueras de Fráncfort sin causar víctimas. Al mismo tiempo, dejó un cráter de 10 metros de ancho.
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