Desobediencia común. Pese a que está prohibida la práctica del deporte durante el estado de emergencia por la covid-19, decenas de puneños, en especial jóvenes, son intervenidos constantemente cuando juegan fulbito.
Cabe recordar que hace unas semanas, desde el Ministerio de Salud se informó que las conocidas “pichangas” se podrán realizar recién desde octubre, pero en nuestra región, en varias provincias, ya se ha reanudado esta práctica deportiva.
A través de las redes sociales, algunos pobladores denuncian cómo los jóvenes, especialmente en las zonas rurales, organizan incluso campeonatos, haciendo caso omiso a las disposiciones del Gobierno.
En cuanto a las zonas urbanas, se ha evidenciado cómo los vecinos, burlando a las autoridades del orden, aperturaron zonas para practicar el vóley o fútbol, exponiéndose al virus
Max Macedo, periodista deportivo puneño, sostuvo que el deporte debería demorar en volver, ya que las “pichangas” generan aglomeración de personas, además que el contacto en esta disciplina es inevitable, lo cual favorecería la propagación del virus.
“La vida no es lo mismo sin deportes colectivos, pero se puede vivir”, dijo, añadiendo -sin embargo- que las competencias profesionales, con las medidas de protección correspondientes, ya deberían estar de regreso, como en otros países, pues los periodistas deportivos también se ven afectados con la crisis económica.
COMPLEJOS DEPORTIVOS
Ante la posibilidad de que el Gobierno central autorice prontamente la práctica del fulbito y otros deportes, el subgerente de educación, cultura y deporte de la municipalidad de Puno, Sergio Cayra, sostuvo que vienen planeando acciones al respecto.
“Estamos previendo para que cada docente presente su plan de trabajo con los protocolos de bioseguridad; sin eso no pueden reiniciarse las clases presenciales de los deportes”, dijo el funcionario.
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