Hablemos de economía
Por: José Antonio Núñez Salas
Este año es uno de sorpresas y eventos inesperados, afrontamos algo que jamás imaginamos y seguimos aquí, afortunadamente, gracias a Dios.
La economía en nuestro país se fue a pique, se contrajo el consumo y muchos perdieron sus empleos. Entre los meses de mayo a julio siete millones de personas perdieron su trabajo, comparado con el año anterior esto representó una contracción del 40%. Las que más se vieron afectadas fueron las mujeres quienes disminuyeron el empleo en 50% comparado con los puestos de trabajo existentes entre los meses de abril a junio de 2019.
El sector construcción comparado con el mismo trimestre del año anterior generó en esta época un millón de puestos de trabajo y hoy en el mismo periodo genera 300 mil. El sector servicios y comercio ha sido el más afectado por el aislamiento social y representó un retroceso del 90%, aproximadamente.
Favorablemente, eso ya es parte de la historia, porque actualmente, en el tercer trimestre del año, la pérdida de empleo se ha revertido de manera alentadora, en números podemos decir que entre abril y junio hablábamos de 10 millones 700 mil puestos de trabajo y al final de septiembre hemos subido a 14 millones 800 mil.
Si bien nos encontramos aún por debajo de la cifra del año pasado, que era de 17 millones 200 mil puestos de trabajo, según los pronósticos estimados culminaremos el cuarto trimestre con la misma cantidad de oportunidades laborales, que comparados con 2019 la diferencia es solo de 200 mil ya que los puestos existentes al final del año fueron de 17 millones 400 mil, esperando que en el primer trimestre de 2021 incrementemos los puestos de trabajo del verano de 2020.
Esta recuperación del empleo tan rápida se debe a que en el Perú no existe como en otros países el seguro de desempleo lo que hace que todas las personas tengan que insertarse en el mercado laboral de forma más rápida ya que necesitan generar un ingreso para sobrevivir.
Sin embargo, para mí, un factor que ha sido fundamental, aunque este no haya sido considerado por nadie, es la habilidad que tiene el peruano para adaptarse rápidamente al cambio y reinventarse. Esto nos está ayudando a salir de la crisis rápidamente por lo que considero que la materia prima más valiosa que tiene el Perú no son sus recursos naturales sino su gente y gracias a ella seguiremos escribiendo la historia de nuestro país.
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