La falta de previsión, iniciativa y oportunidad, ha lastrado tradicionalmente a la burocracia. Y no pocas veces ha afectado y mermado la eficacia de los procesos electorales, con decisiones poco prácticas o tardías, entre otros yerros.
Es pensando en la importancia de superar esos males, que vemos con satisfacción que la nueva conducción de la Oficina Nacional de Procesos Electorales (ONPE) ha comenzado a tomar decisiones prácticas y viables, para los comicios del 11 de abril de 2021.
Tales medidas apuntan a que los 18 millones 878 mil 337 en edad de sufragar -más casi un millón que viven fuera del país- puedan votar con seguridad y orden, necesarios sobre todo teniendo en cuenta que para entonces todavía estará entre nosotros el peligro de contagio de Covid-19.
Ha sido en tal sentido atinado el anuncio del jefe de la ONPE, Piero Corvetto, de una serie de decisiones que no solo darán a los electores más comodidad y facilidades para votar, sino también confianza en que tendrán bioseguridad en los locales de sufragio.
Cabe destacar entre ellas la de elevar a más del triple, de 5,300 a 16,000, más del triple, los lugares de sufragio, lo que garantizará el distanciamiento social, al evitar las aglomeraciones de votantes en las tradicionalmente muy grandes edificaciones, como colegios y universidades.
Además, el funcionario ha anunciado que en la asignación de electores a mesas de votación, se buscará la cercanía, para que los ciudadanos puedan ir a sufragar a pie, lo que es más cómodo y seguro, y no tengan que usar transporte público; lo que a la vez garantiza dos derechos: el del sufragio y el de la salud.
También es destacable la decisión de ampliar la jornada de votación a 12 horas y reservando las dos primeras para los adultos mayores y asignando turnos en las diez horas restantes, según el número terminal del carné de identidad, evitando aglomeraciones en las clásicas “horas punta”.
Pero eso no es todo, pues, además, los peruanos podrán escoger con anticipación y dentro de una misma región, el centro de votación que les resulte más conveniente. Así, por ejemplo, quien está inscrito en Ancón pero se han mudado a Jesús María o Comas, podrá optar por su lugar de residencia.
La medidas mencionadas, como la sugerencia de pagar por su tiempo a los miembros de mesa de sufragio, no solo darán más comodidad y seguridad a los ciudadanos, sino también desalentará al ausentismo, cuya sombra parece asomar en una reciente encuesta en la que 44% de los consultados dicen que prefieren no votar si la pandemia persiste.
Los anuncios nos permiten alentar la idea de que la nueva conducción de la ONPE no será escoba que barre bien mientras esté nueva, y que el citado organismo, de importancia capital para la democracia, continuará en la senda de la mejora permanente.
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