La Organización Mundial de la Salud (OMS) define como “brote” a la ocurrencia de dos o más casos similares relacionados entre sí. En muchas regiones del mundo donde empezaron los casos por covid-19, como en Europa, se observó la aparición de nuevos picos de coronavirus algunas veces superiores o al mismo nivel del inicio de la pandemia. A esto se le denomina rebrote. Dichos países se enfrentaron a una segunda ola del virus SARS-CoV-2, causante de esta enfermedad.
El Perú, una de las naciones más afectadas por esta pandemia, es considerado como uno de los diez países con más contagios y muertes en el mundo y el primero respecto a fallecidos por cantidad de población. El rebrote se sustenta porque a pesar del impacto que hubo aún existe un número importante de personas no contagiadas. Predecir el rebrote depende de muchas variables que todavía desconocemos, sumado a las medidas adoptadas por el gobierno, como la flexibilización; la experiencia internacional nos indica que la posibilidad existe.
En el país queda un porcentaje importante de población susceptible de contagiarse, lejos del 70% necesario para evitar un rebrote. Por lo tanto, cuantas más personas hayan superado la infección mayor será el grado de inmunidad de la población. Sin embargo, el posible rebrote no sería igual al del inicio de la pandemia que llegó y nos sorprendió con una capacidad hospitalaria instalada por debajo de la necesaria, a diferencia de la siguiente, en la que nos encontrará mejor preparados.
Es por ello que, como estrategia preventiva ante la siguiente ola de covid-19, el Ministerio de Salud, a través del SAMU, inauguró la nueva sede de la Central 106 de San Isidro que permitirá construir un Sistema Único de emergencias a nivel de Lima Metropolitana al servicio de la población.
El riesgo de contagio sigue latente, y mientras no tengamos una vacuna el retorno de nuevos brotes es una posibilidad, por lo que la mejor manera de evitar nuevos casos es estar prevenidos ante los rebrotes que podrían surgir de casos importados, de ahí la necesidad de mantener medidas de bioseguridad en los aeropuertos, ahora que están reabiertos y por parte de la población continuar con las medidas de bioseguridad, como el lavado frecuente de manos, uso de mascarillas y mantener el distanciamiento social. Entendamos que el retorno absoluto al escenario pre pandemia está lejos de darse.
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