El panorama político ofrece bastantes enfoques, pero no se debe perder de vista el orden protocolar de la toma de decisiones, y tal parece que los hacedores de la política aún no saben cómo actuar al respecto. Un claro ejemplo son los programas sociales, las políticas públicas y la respuesta de un Estado interesado en apaciguar las inquietudes y necesidades nacionales; querían ver resultados y se olvidaron de que las soluciones a estos problemas deben ser sostenibles, con capacidad del incremento al desarrollo humano, no solo abultar estadísticas de disminución o incrementación porcentual, para así jactarse del “crecimiento”.
Este matiz muestra lo que ocurrió en estas dos semanas, por incapacidad (moral) o incompetencia. Para la política, en esta lógica, “el orden de los factores sí altera el producto”. Dicho de mejor manera, el tener que añadir una crisis política a una crisis sanitaria es ya una falta de sentido común y poca visión. ¿Qué era más importante? ¿Vacar a Vizcarra o solucionar la repercusión sanitaria, educacional, económica y social que empieza a dejar la pandemia? ¿Qué acción es la que se debía tomar primero?
Tampoco debemos justificar ni santificar a nadie; hubo mejores momentos y escenarios para abrir procesos judiciales e iniciar persecuciones.
Se debe tener en claro que cada acción tiene una repercusión. En las políticas públicas es donde se ve esto con mayor realce. Dicho esto, y en retrospectiva, cabe mencionar la cuestión siguiente: ¿Por qué no colapsó la sociedad cuando Vizcarra disolvió el Congreso? Porque fue una decisión en beneficio de más de 31 millones de personas, a comparación de las 130 (en el Congreso) que obviamente no aceptaban esta decisión. Recientemente, con la salida de Vizcarra, solo veló por esas 130 personas.
El Congreso es la representación más precisa del Perú, constitucionalmente hablando, y busca la prevalencia de la democracia.
Lo recientemente ocurrido es una lección, no solo para el gobierno, sino también para los peruanos. Llegó el momento del cambio con modificación total de los paradigmas políticos, cambio direccionado a un mejoramiento y escape de la costumbre política.
Para los héroes del Bicentenario: #BryanPintado #IntiSotelo.
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