El intelectual Sabino Maquera Cotrado fundó la Asociación Cultural de Artistas Viña del Juku, en 2015
Algunos cronistas, como el Inca Garcilaso de la Vega, utilizan el término “Collas” para referirse a las etnias aimaras, aunque estrictamente eran una etnia aimara, pero dada su reiterada lucha con los incas del Cusco, hicieron que el término abarcara más espacios sociales, dando lugar a que uno de los suyos del Tahuantinsuyo se llamara Collasuyo, lo que hizo que los geógrafos, después, nombraran al altiplano como “Meseta del Collao”.
Hay muchas hipótesis sobre la etimología del término “Colla”. La más aceptada es que significa cura, remedio, cuyo tráfico estaba a cargo de los “Colla aguayos” (atados con remedios medicinales) que con el tiempo derivaron en los “Callahuayas”.
Otras hipótesis han sido formuladas para escudriñar el significado etimológico de llave. Entre aquellas merecen destacarse la que supone que la llave viene de “Jilahui” o “el lugar donde se crece”; y aquella que sostiene que se deriva de “Jila jawira”, es decir “río mayor”. Esta aproximación tiene asidero en la toponimia -que explica en gran parte de los casos los nombres de los pueblos-, ya que, en efecto, el río llave es uno de los más caudalosos de la región Puno y el mayor del ámbito Lupaca.
Ilave se distingue, justamente, por fortalecer el talento de prodigiosos seres humanos. Uno de ellos es Sabino Maquera Cotrado, quien nació el 16 de julio de 1947, en la comunidad de Chucaraya, al pie del nevado Anuanuni, del distrito de Ilave, en la provincia de El Collao.
Él ha publicado el libro “Picaflor y viento” y otros poemarios. Llegó a fundar y dirigir la Asociación Cultural “Perú Libre”, la Federación departamental de pueblos jóvenes y urbanizaciones populares de Tacna y la Casa del Poeta Peruano (Cadelpo) de la ciudad heroica de Tacna.
Ha obtenido premios en poesía y viajó a certámenes literarios. Le otorgaron la Medalla de la Cultura, del Instituto Nacional de Cultura de Tacna, y la medalla “Jorge Basadre”, de la Universidad Nacional Jorge Basadre Grohmann de Tacna, por ser uno de los mejores poetas tacneños.
¿Cómo fueron los comienzos de su vocación literaria?
A comienzos de 1967, en pleno examen de ingreso a la Universidad Nacional San Antonio Abad del Cusco. Allí conocí a Enrique Rosas Paravicino, Arturo Marmanillo y a un joven japonés de Lima del cual no recuerdo el nombre. En pleno examen compartimos algo de César Vallejo y dijimos que si ingresábamos nos juntaríamos, cosa que hicimos. Publicamos un poemario llamado ‘El manifiesto de los cuatro’. Esto causó alarma en los dirigentes estudiantiles… El nombrecito que habíamos escogido.
¿Qué decidió que usted fuera escritor?
Fue en la secundaria. Mi profesor de literatura, de apellido Carhuaz, que era de Huaraz, organizaba concursos de composición literaria entre los alumnos. Recuerdo que él me prodigaba de elogios. De repente desapareció y al terminar mi educación secundaria me dije: voy a ser escritor.
¿Tiene un horario para escribir o lo puede hacer en cualquier momento?
Empezamos en cualquier momento. La práctica enseña que es metódico y tiene un horario. Es un trabajo muy serio.
¿Por qué precisamente escribe poesía?
Pareciera que se adapta más conmigo, aunque en mi época secundaria lo hacía en prosa. Quizás es un capricho. Bueno, como poeta gané varios concursos.
¿Cuáles son sus autores preferidos y que recomiende leer?
Mi libro de cabecera son ‘Los perros hambrientos’, de Ciro Alegría Bazán. Edmundo de Amicis, con su libro ‘Corazón’. Nuestro César Vallejo, Mario Vargas Llosa, Manuel Scorza y toda esa caravana de escritores peruanos, poetas y novelistas, muy buenos. Y no me olvido de Pablo Neruda, Gabriela Mistral, Octavio Paz, Walt Whitman, Rubén Darío y tantos más. Cuántos años tendríamos que tener para leerlos… he leído el libro ‘Se acabarán los libros’, de Umberto Eco. En realidad, hay mucho que leer.
Alguna anécdota curiosa que le haya ocurrido en su trayectoria literaria
Perder escritos originales, ya sea en textos o digitales. Los primeros se te pierden en cuadernos u hojas que utilizas; en los otros, se te borran.
¿En qué proyectos se encuentra trabajando ahora?
Estoy incursionando en escribir poesía en el idioma de mis padres: el aimara.
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