Actividades festivas se concentrarán en misa virtual especial
Las celebraciones en honor a la Virgen de la Candelaria se han reducido a una sola actividad, que es la santa misa vía virtual; las demás han quedado relegadas producto de la pandemia de la covid-19.
En este escenario, monseñor Jorge Pedro Carrión Pávlich, obispo de la Diócesis de Puno, recordó que inicialmente se programó trasladar la imagen de la Virgen, en un recorrido, hacia las zonas norte, sur e incluso a las isla de Los uros, pero que todo se suspendió “para evitar contagios”. “Solo habrá la misa central virtual”, precisó.
Sin embargo, remarcó que la procesión se hará sí o sí cuando baje el pico de los contagios, “ya sea en marzo o más adelante”, sostuvo. Asimismo, no dudó en invocar a la población a que reflexione en este día, a fin de practicar los valores, la convivencia con la naturaleza y sobre todo pedir a la Virgen que proteja a la humanidad de esta crisis sanitaria.
HISTORIA
El obispo señaló que la celebración religiosa a la Virgen de la Candelaria se realiza cada 2 de febrero. “El Papa hoy tendrá un reencuentro con las religiosas en Roma”, reveló, acotando que esta celebración data del siglo IV.
A partir del siglo XVI, se posiciona la celebración de la Candelaria en el altiplano peruano, aunque no se sabe cómo llegó a Puno, debido a que tampoco hay reseñas históricas al respecto.
Refirió que las grandes fiestas de la Iglesia Católica tenían una celebración de octava y que en 1964 se realizó una reforma de la liturgia, donde se eliminaron todas las octavas, “pero aquí se retuvo la octava de la Candelaria, más ligada a las danzas”, expresó.
Remarcó que la Virgen ha sido nominada patrona de la Diócesis de Puno y del altiplano, al tiempo de manifestar que hubo una rivalidad entre la cosmovisión andina y occidental para celebrar a la Mamita.
“La festividad de la Candelaria se empezó a celebrar en los pueblos indígenas con sus colores, danzas y música”, dijo. Y agregó: “En el lugar donde está ubicada la iglesia San Juan existió una capilla en tiempos de colonia que dependía de la parroquia de Paucarcolla, en el antiguo ‘Puñuy pampa’. Es muy posible que en esta capilla haya existido una imagen de la Candelaria, aunque no hay documentación exacta”, precisó.
Con el paso de los años se constituye la ciudad de Puno y se crean dos templos: el de los indígenas (San Juan Bautista) y el de los españoles (Catedral de Puno). En el primero se hacían las celebraciones con todas las tradiciones y costumbres del altiplano, creándose con ello un conflicto, hasta que los españoles prohibieron los homenajes a la Candelaria.
Finalmente, dijo que los españoles se apropiaron de la fiesta, relegando a las danzas autóctonas en favor de las expresiones mestizas y de luces. “Con el tiempo han tomado formas típicas del altiplano; desde ahí entonces se celebra el día principal y la octava con costumbres, cultura y religiosidad”, resaltó.
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