Arequipa. La mayoría de personas que han sido hospitalizadas luego de dar positivo al covid-19 y superan la enfermedad, terminan con secuelas y deben lidiar con la fatiga, cansancio, disnea con el esfuerzo, sensación de falta de aire, debilidad muscular y otras secuelas.
El peor escenario es cuando el paciente presenta un cuadro de neumonía y se compromete su capacidad de oxigenación (saturación). Una persona que sufre de neumonía no puede inhalar, retener y exhalar con normalidad, al no poder respirar debe hacerlo rápidamente como si quisiera aspirar la mayor cantidad de aire. Eso afecta a los pulmones.
“El virus que causa covid-19 se instala en múltiples áreas pequeñas del pulmón. Luego usa las células inmunes de los pulmones para propagarse por el pulmón durante un período de muchos días o incluso semanas, como si se tratase de múltiples incendios forestales que se extienden por un bosque. A medida que la infección se mueve lentamente a través del pulmón, deja daño a su paso y alimenta continuamente la fiebre, la presión arterial baja y el daño a los riñones, el cerebro, el corazón y otros órganos en pacientes con covid-19”, se detalla en la revista Nature.
La neumonía por el nuevo coronavirus es silenciosa y en pocos días el paciente empieza a oxigenar mal, a ese cuadro se le suma la persistente tos que quita energías y la falta de aire que provoca ansiedad en el paciente. Esta ansiedad solo juega en contra de la persona infectada.
El neumólogo del área covid-19 del hospital Edgardo Rebagliati de EsSalud, Álvaro Bejarano, señaló que en una primera fase, periodo de incubación, los síntomas son poco detectables pero el proceso inflamatorio va avanzando como consecuencia del mecanismo de defensa de nuestro organismo, ese proceso inflamatorio es continuo y progresivo.
Es esa mala oxigenación la que daña los órganos, además al haber poco oxígeno en el cuerpo, el corazón debe bombear más sangre. La sangre transporta oxígeno y nutrientes a todas las partes del cuerpo para que puedan seguir funcionando. Cuando se sobreexige al corazón, este se detiene y se produce el ataque cardíaco. Por eso cuando los pacientes presenta un cuadro de saturación por debajo de los parámetros permitidos es momento de brindarle oxígeno medicinal.
A los pacientes que están conectados o no a los respiradores artificiales o en cama les recomiendan recostarse boca abajo esto para ayudarles a aumentar la cantidad de oxígeno que llega a sus pulmones.
Para cuando los pacientes tienen una mejora significativa inmediatamente se les realiza exámenes de sus órganos, primero se verifica el daño que el virus ocasionó en los pulmones. Mientras más comprometidos los órganos se necesitará más terapia de rehabilitación.
En el Hospital III Yanahuara se ha implementado un programa a cargo del servicio de Medicina Física y Rehabilitación y que busca ayudar a los pacientes que han pasado internados semanas o meses.
La encargada de ese programa Anabel Paricahua Gallegos señaló que las terapias son de acuerdo a la severidad con la que el covid-19 haya afectado al paciente. Por ejemplo, si el paciente no ingresó a sala UCI y tuvo un tratamiento domiciliario puede presenta problemas para respirar, dolor en pecho y espalda. Ellos deben realizar una serie de ejercicio para mejorar.
A los pacientes se les evalúa; en la fase 1, están los pacientes con capacidad funcional severa; en la fase 2, los pacientes con capacidad funcional moderada y en la etapa 3, los pacientes con capacidad funcional leve o normal.
Paricahua Gallegos comentó el caso de un paciente con covid-19 severo que estuvo internado dos meses y dependiente de oxígeno, quien al ser dado de alta tuvo insuficiencia respiratoria y afectación neuromuscular para caminar. Por ahora va cinco meses en esas terapias. Él se está recuperando para volver a trabajar en la granja avícola donde laboraba antes de dar positivo para covid-19.
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