Arequipa. Desde las 08:00 hasta las 15:00 horas, en 20 sectores del distrito de Cayma, diferentes grupos de mujeres se reúnen a diario para preparar decenas de raciones de almuerzos que serán entregados a los ciudadanos más vulnerables ante esta pandemia por el covid-19.
Se trata de las ollas comunes que, desde el tiempo de la primera cuarentena, han sido de gran ayuda para miles de pobladores. Tras cerca de diez meses de esta labor social, las autoridades le están dando el respectivo reconocimiento y la debida importancia.
LA PRIMERA OLLA
A mediados de mayo de 2020, cuando la pandemia por el covid-19 se agravaba en la ciudad de Arequipa, Luz María López Morales (64) y su vecina Yolanda Salas Huamaní (49), ambas pobladoras de la asociación Deán Valdivia sector 5 de Enace (Cayma), deciden apoyarse de manera mutua y prepararon su primera olla comunitaria para alimentar a sus familias.
“Ese día estaba muy preocupada, no tenía casi dinero para comprar las cosas que necesitaría para el almuerzo. Le conté de mi situación a mi vecina, Luz María y me prepuso que ambas cocinemos algo juntas”, dijo Yolanda Salas.
López Morales y Salas Huamani junto a otras dos vecinas de su sector, deciden conformar la olla común ‘Virgen de Fátima’, el 21 de mayo del año pasado. Siendo una de las primeras en organizarse en el distrito de Cayma.
Durante la primera cuarentena, preparaban más de 80 raciones de almuerzos al día. Las distribuían, de manera gratuita, a los adultos mayores y personas con problemas de salud.
“Al inicio, nos encargamos de ir a solicitar donativos de los vecinos de la zona. Luego, tuvimos el apoyo de algunas personas y la parroquia de la zona, que nos entregaba algunos víveres. También vinieron, las autoridades del distrito. El alcalde nos donó una cocina, un par de ollas y un balón de gas”, indicó Luz López.
Tras el levantamiento de la primera cuarentena, el número de sus comensales disminuyó en un 50%. A pesar de ello, no dejaron de seguir buscando el apoyo necesario para preparar las raciones de alimentos que, alivian en algo la necesidad de aquellos ciudadanos que lo necesitaban.
Han pasado alrededor de 10 meses desde que iniciaron esta labor social. López Morales se siente satisfecha de poder ayudar a sus vecinos, a pesar del tiempo a que le dedica a esta labor social, sin recibir nada a cambio.
“La recompensa está en ver bien al prójimo y sentir esa satisfacción, de haber hecho algo noble para aquellas personas que necesitan de una ayuda”, agregó.
RECONOCIMIENTO
Durante esta semana, el Congreso de la República reconoció al distrito de Cayma por la loable labor que cumplen las madres de familia de las ollas comunes.
Las autoridades del distrito consideran, que a pesar de haber salido adelante por su cuenta, estas organizaciones requieren contar con apoyo en implementos, infraestructura y también con productos de primera necesidad para la preparación de los alimentos.
“Se ha observado, por ejemplo, ollas comunes que se preparan con leña. También, algunas funcionan en losas deportivas ante la falta de un local. Consideramos que requieren de un apoyo ante esas situaciones”, manifestó Vilma Gonzales, gerenta de Desarrollo Económico y Social de Cayma.
El último viernes, el Congreso de la República publicó la Ley n.° 31126, que modificó la Ley Orgánica de Municipalidades y del Ministerio de Desarrollo e Inclusión Social, para ampliar el apoyo o atención alimentaria temporal ante desastres naturales o emergencia sanitaria.
Esta norma, declara de interés nacional y de preferente atención la asignación de recursos públicos para optimizar la labor y atención alimentaria, que brindan las ollas comunes y otras iniciativas ciudadanas de apoyo o atención alimentaria temporal.
PIDIERON APOYO
En la asociación Señor de Huanca de Cayma, Benedicta Quispe Loayza (49) junto a otras madres de familia se organizaron también para conformar una olla común en su sector, durante la pandemia.
Desde el 8 de junio del año pasado, este grupo de mujeres brinda apoyo a más de 150 ciudadanos.
De manera prioritaria, atienden a niños y adultos mayores de la zona, otorgándoles de forma gratuita un almuerzo diario.
“En un inicio contamos con apoyo de algunos vecinos y de la parroquia para conseguir los víveres que necesitábamos. En la actualidad, nos autosustentamos, pidiendo la colaboración dos soles por ración a las personas que puedan dar”, señaló Quispe Loayza.
Sin embargo, Benedicta Quispe indicó que requieren del apoyo de las autoridades. Debido a que hay más ciudadanos que necesitan de esta ayuda en otros sectores del distrito y de la ciudad de Arequipa.
“A veces las raciones no alcanzan, a pesar del esfuerzo que realizamos para poder apoyar a todos los ciudadanos que vienen de la zona y de otras partes del distrito”, añadió.
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