Carlos Flores Lizana
Empecemos analizando cuanto quechua se usó en la última campaña electoral que ha durado casi tres meses, con diversa intensidad y cobertura. Entre los 18 candidatos que tuvimos en la primera vuelta el que más lo usó fue el candidato del partido Runa (Renacimiento Andino Nacional), el abogado huancavelicano Ciro Gálvez Herrera, exalumno de la UNMSM y no hubo más, cosa que es llamativo porque en Lima por lo menos viven un millón de quechua hablantes.
Los otros candidatos nombraron los tres llamados mandamientos andinos del ama alla llulla, ama qella y ama sua, en ciertos momentos, los dijeron Verónica Mendoza Frisch, cusqueña, psicóloga y antropóloga de Juntos por el Perú y Yonny Lescano Ancieta, puneño, abogado de profesión, de Acción Popular. Sirvió nombrarlos hasta de puyas para atacar a un contendor recordándole que no se debía mentir, ama llulla. Veronica Mendoza entiende y habla un quechua básico, de tal manera que no puede sostener un discurso fluido como si podría hacerlo Maximo San Roman que es de lengua materna quechua.
Retrocediendo en el tiempo otro que uso quechua fue Alejandro Toledo después de la Marcha de los cuatro suyos (2000) y usar la chakana o cruz andina en su campaña para ser presidente. Lo que más llamaba la atención fue que su esposa belga y de orígen judío sabía más que “nuestro cholo de oro”, como le llamaba ella a su ahora prófugo de la justicia en los Estados Unidos.
A nivel de congresistas tuvimos entre los años 2006 hasta el 2018 algunas nacidas en provincias mayoritariamente quechua-hablantes, una en Huarocondo, Anta, Cusco de nombre Hilaria Supa Huaman, campesina y comunera con experiencia política de base y Maria Cleofé Sumire López de Conde, nacida en Canas, Sicuani, Cusco, también campesina y abogada de profesión, autora de la Ley de Lenguas aprobada el año 2011, que pertenecían al Partido Nacionalista Peruano.
Tania Pariona Tarqui es otra ex congresista, nacida en Cayara, Ayacucho, trabajadora social de profesión, y que fue parte de la bancada de Nuevo Perú. Sabían quechua y fueron objeto de burlas en muchos momentos de su vida como congresistas, pero en especial las dos primeras de parte de su colega Martha Hildebrandt quien les decía que debía aprender castellano antes de hablar y cosas por el estilo.
Al hacer una revisión de los presidentes elegidos y de facto, no hemos tenido ningún presidente que hable quechua, por haber nacido y educado desde bebe en ella, tampoco aymara o alguna lengua amazónica. Esto nos muestra que nuestros presidentes en su casi absoluta mayoría ninguno han nacido en una familia quechua-hablante. Ni han tenido interés en aprenderlo ni siquiera.
El excongresista cusqueño Máximo San Román Cáceres, en una entrevista con la reportera Juliana Oxenford el dia 1 de junio del 2021, dijo algunas palabras alentando a que votaran por su candidata, también nos insultó diciéndonos que éramos unos “huevones” (runtusapa) si no votábamos por él. La conductora estaba feliz de que hablara en quechua pero no entendía ni jota lo que hablaba su “gracioso” pero grosero entrevistado.
En los últimos cinco años se ha constituido un colectivo que busca llegar a ser partido desde jóvenes profesionales en su mayoría cusqueños y que reivindica el mito de Inkarri. El movimiento se llama Inkari Libertad y tiene en sus bases ideológicas muchos de los principios y filosofía inca, busca la llamada “consensocracia” en un mundo que ve agotado muchas veces su modelo democrático y liberal.
El quechua si es usado entre los dirigentes de las comunidades campesinas, en el nivel de los líderes gremiales de las federaciones campesinas distritales, provinciales y departamentales. Los líderes de estos niveles la mayoría de ellos son de lengua materna quechua y mantienen su capacidad de comunicación, pero muy pocos saben leer y escribir en quechua.
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