Guillermo Vásquez Cuentas
i MAESTRO es aquel “que enseña una ciencia, arte u oficio”, “el que conduce”, “el que guía”, “el que enseña el camino”, el que participa en la difusión de conocimientos que servirán para la vida de las personas con las que interactúa, entonces JOSÉ ANTONIO ENCINAS FRANCO fue –y sigue siendo- un gran maestro, puesto que su ejemplar vida y obra dejada representa a los millones de otros maestros del mundo y a los cientos de miles maestros peruanos.
Para muchos estudiosos del tema educativo en la realidad peruana, la rica y pionera producción intelectual de Encinas en ese campo, unida a su rica -y accidentada- trayectoria vital de la que ahora hacemos memoria, merece largamente ser reconocido como el MAESTRO DE LOS MAESTROS DEL PERU. Su vida dedicada a la enseñanza llena de logros personales y profesionales, acreditan y validan ese título.
Todo lo que se ha escrito sobre Encinas es realmente poco en relación a la magnitud de su obra. No aparece muy referido en la historia de la educación en el Perú y cuando lo es, no se tratan todas las facetas de su subyugante personalidad profesional.
Algunos juicios de valor
Permítasenos rescatar algunas conceptuaciones y juicios de valor vertidos por entendidos sobre la vida y personalidad del Maestro Encinas.
-Walter Peñaloza Ramella retrata a Encinas como “educador notable, quien, en el panorama peruano del siglo XX, descuella como una de sus figuras más importantes por sus ideas educacionales y por la trayectoria limpia y rectilínea de su vida, maestro que desde el humilde cargo en una pequeña escue¬la primaria en las alturas impresionantes del Collao, en Puno, llegó al ilustre cargo de Rector de la Uni¬versidad Nacional Mayor de San Marcos, la más antigua y de mayor prosapia en nuestro continen¬te.”
-Sánchez Lihón resalta que “Fue un orientador, un conductor y un líder social, enfrentando siempre al poder con voz serena como flamígera, con una actitud limpia e indómita, asumiendo la defensa de los más desfavorecidos y desheredados”,
“No fue pues solo un brillante ensayista de gabinete o un hombre de ideas superiores en el papel, fue y es a toda hora un maestro en la realidad y en la vida, en la relación diaria, franca, libre y apasionada con los niños y los jóvenes”
Encinas, como auténtico maestro, sentía por el niño verdadera ternura y genuina fascinación. Su relación con ellos era franca y mutuamente entusiasta. Los niños, como atraídos por un imán, se le acercaban inmediatamente, y ello resultaba sorprendente por la imagen austera que él solía proyectar hacia los adultos.
Sus concepciones fueron visionarias, y tienen una modernidad y vigencia plena en la política educativa, no sólo del Perú, sino del mundo. Y muchas de ellas se presentan ahora en el marco de la corriente pedagógica reconocida como el constructivismo.
José Antonio Encinas, adonde iba, erigía un templo, el templo de la Escuela, de la Educación, del saber y de la virtud. De allí que las tiranías y las corruptelas de la época no podían consentirlo, y le hicieron padecer 20 años de sucesivos destierros.
-Otro gran maestro puneño, José Portugal Catacora, señala que su tesis –imposible de encontrar- LAS VIRTUDES DE LA RAZA COLLA, tesis con la que en 1927 se graduó de Master en Artes y Master en Ciencias en la universidad de Cambridge, “puede considerase como el primer estudio antropológico del indígena peruano”
-Encinas se adelantó extraordinariamente a su época. Bregó toda su vida por la educación como un fin social y por los derechos civiles y el desarrollo del indígena peruano. Dominó todas las ideas y planteos que la escuela moderna o el enfoque que la educación sostiene aún. Se dicen en http://www.nalejandria.com/secciones/maestros-americanos/bios/encinas.php
– Hugo Apaza Quispe refiere que “El Dr. José Antonio Encinas Franco ha pasado a las páginas doradas de la historia como “maestro de maestros peruanos”, debido a su genial trabajo pedagógico, fundamentalmente en la escuela de su ciudad natal entre 1907 y 1911, así como en las diversas universidades de América y Europa. Ya como diputado, luego como senador, su posición en el hemiciclo fue de indigenista y hombre de izquierda, destacando su fervorosa defensa por la democratización de la educación y el voto del analfabeto y de la mujer, así como su valiente lucha contra el gamonalismo, el clero y los abusos del poder ejercido por sus autoridades, tan corruptas y arribistas como hoy. Este singular hombre público ha transitado por los vericuetos de la política con suma soltura y altura moral”
Algunas anécdotas
Rector de San Marcos. Sánchez Lihon, cuenta que “a su regreso de Europa en 1931, los estudiantes sanmarquinos conocedores de sus ideas renovadoras y admirados por su ejemplar conducta, invitan a Encinas a dar varias conferencias en la universidad, a partir de las cuales deciden solicitarle postularlo como su candidato al Rectorado de la universidad, en momentos en que se había aprobado el cogobierno por decreto Ley de 6 de febrero de ese año. Al inicio Encinas no aceptó, puesto que no era profesor de San Marcos.
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