MARIO CABANI RAVELLO
Hipócrates decía: “Saber realmente, es ciencia; simplemente creer que sabes, es ignorancia”.
El expresidente Sagasti nos negó el empleo de la tercera dosis de vacuna a los médicos y personal de salud en primera línea de atención contra el Coronavirus SARS-CoV-2. Por sus declaraciones, el nuevo ministro de salud abre ya la posibilidad de la vacunación con una tercera dosis, si encuentra científicamente válida esta opción.
Es por ello que, Sr. Presidente, como médico me ofrezco de voluntario e inclusive puedo reclutar voluntarios para colocarnos la tercera dosis de la vacuna Pfizer. A través de las pruebas de anticuerpos neutralizantes veo su mayor eficacia.
No hay información científica suficiente sobre la vacuna Sinopharm, porque occidente se preocupa sobre las vacunas que emplea y no sobre las que no compra. Lo cierto es que la Pfizer sí tiene estudios sobre la eficacia con la variante Delta, la que está produciendo las nuevas olas en poblaciones vacunadas, como podría ser el caso en el Perú.
Chile y Uruguay, vacunados con Sinovac, tuvieron sus respectivas terceras olas al igual que Indonesia, donde expertos de ese país están solicitando una tercera dosis de esa vacuna.
Para los médicos que nos hacemos pruebas de anticuerpos neutralizantes, viendo lo poco protegidos que estamos, solicitamos respetuosamente tener una tercera dosis de vacuna Pfizer, ya que como científicos sabemos que aunque estemos inmunizados, esa prevención ante la covid-19 tendría poco efecto por 5 motivos: 1.- El tiempo de aplicación hasta que llegue la tercera ola (espero equivocarme); a partir de setiembre será de más de medio año, tiempo como para un refuerzo probable; 2.- La variante Delta que ingresó al Perú es más infectante por tener doble mutación en el punto de adhesión con la célula humana y es más resistente a las vacunas en general; 3.- El personal de salud recibirá una carga viral mucho mayor que el promedio de la población; 4.- Las nuevas variantes virales, debido a la lentitud en la vacunación, estarán mutando hacia posibles variantes que infecten a los vacunados; 5.- Las cifras de anticuerpos neutralizantes con dos dosis de Sinopharm demuestran inmunidad, pero baja en comparación con la vacuna Pfizer.
La responsabilidad de salvaguardar la vida de los que estamos en la primera línea contra la covid-19 es del Estado y por tanto la decisión presidencial está en juego. No permita, Sr. presidente, que un médico más o personal de salud muera en la tercera ola; permita al menos la vacunación opcional para el sector salud y así reevaluar la eficacia de la vacuna con las nuevas variantes en el resto de la población.
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