Puno. Gervasio Juan Vilca Vilca es docente del curso de didáctica de la expresión artística y artes escénicas de la Unidad de Posgrado de la Facultad de Ciencias Sociales de la UNA-Puno. Además, es presidente de la “Asociación Pukupuku: Comunicación, Educación y Sabiduría Andina”. Escribió guiones y obras de teatro, entre las cuales destaca Hatún Yachaywasi (Gran casa del saber), que fue publicada en Voces del Interior Nueva Dramaturgia Peruana (2001).
¿Qué significa ser actor en el Perú?
Es representar un papel o a un personaje, ya sea en el teatro, la televisión, la radio o el cine; sin embargo, en el Perú, el actor o actriz necesariamente debe conocer la diversidad de culturas que hay. El actor o actriz, antes de interpretar su papel, tiene que estudiar el guion o el libreto, investigar a su personaje, conocer sus características físicas y psicológicas, conocer su contexto geográfico y social. Simultáneamente, debe conocer las ideas del guionista o del director.
¿Cómo se autodefine como artista/actor?
Significa ver el mundo desde una perspectiva integral, entender que vivimos en una sociedad donde conviven varias culturas, muchas extremadamente globalizadas y otras en extinción. Entonces, ser artista/actor o actriz es tener una utopía de corto, mediano y largo plazo; es tener sueños para cada etapa, construir estrategias y reflexionar desde el teatro. Para el actor o la actriz también es el encuentro consigo mismo, con su mente y su cuerpo.
¿Por qué no hay crítica para el teatro?
En Puno no existe, es verdad, pero en Lima sí la hay. María Soto Bringas, por ejemplo, es periodista, escritora y editora con amplia experiencia en el periodismo, al igual que Alfonso La Torre, del diario La República; Sara Joffré y Hugo Salazar del Alcázar. Ellos y otros son miembros permanentes de la mesa de críticos de las muestras nacionales de teatro peruano y de festivales nacionales e internacionales de teatro.
¿Cómo define el teatro puneño?
Es híbrido, porque su escenario es la cuna de las culturas quechua y aimara, ambas con una filosofía que busca la armonía en la familia y en la sociedad. El teatro está compuesto por elementos culturales de varias culturas; el tema depende de cada contexto, lo cual se aprecia en los diálogos de los personajes y la puesta en escena. Incluso en algunas obras teatrales el diálogo de los personajes es en quechua, aimara o bilingüe.
¿Son varias las etapas de su actividad teatral?
Sí. Me inicio en el teatro en 1990, en el Grupo Yatiri, con Alberto Cáceres Gómez, Amiel Cayo Coaquira y Víctor Apaza Calderón; participamos en varias muestras regionales y nacionales, y también logramos organizar la V Muestra Regional aquí en Puno. Viajamos de gira a Bolivia. También he participado en la creación de la Escuela de Arte de la UNAP, especialmente en la especialidad de teatro. En Lima he participado en algunos proyectos del Grupo Cultural Yuyachaki, con Amiel Cayo, y actualmente me he reincorporado a la Asociación Pukupuku: Comunicación, Educación y Sabiduría Andina.
¿Se puede vivir del teatro?
Depende del contexto y la dedicación. Es como cualquier otra profesión: cuando uno se dedica a tiempo completo, consigue trabajo. Hay actores y actrices que viven del teatro, especialmente en ciudades grandes como Lima, Arequipa, etc. Pero en provincias es difícil vivir del teatro; la mayoría de actores y actrices tienen otra actividad principal.
Es representar un papel o a un personaje, ya sea en el teatro, la televisión, la radio o el cine; sin embargo, en el Perú, el actor o actriz necesariamente debe conocer la diversidad de culturas que hay. El actor o actriz, antes de interpretar su papel, tiene que estudiar el guion o el libreto, investigar a su personaje, conocer sus características físicas y psicológicas, conocer su contexto geográfico y social. Simultáneamente, debe conocer las ideas del guionista o del director.
¿Cómo se autodefine como artista/actor?
Significa ver el mundo desde una perspectiva integral, entender que vivimos en una sociedad donde conviven varias culturas, muchas extremadamente globalizadas y otras en extinción. Entonces, ser artista/actor o actriz es tener una utopía de corto, mediano y largo plazo; es tener sueños para cada etapa, construir estrategias y reflexionar desde el teatro. Para el actor o la actriz también es el encuentro consigo mismo, con su mente y su cuerpo.
¿Por qué no hay crítica para el teatro?
En Puno no existe, es verdad, pero en Lima sí la hay. María Soto Bringas, por ejemplo, es periodista, escritora y editora con amplia experiencia en el periodismo, al igual que Alfonso La Torre, del diario La República; Sara Joffré y Hugo Salazar del Alcázar. Ellos y otros son miembros permanentes de la mesa de críticos de las muestras nacionales de teatro peruano y de festivales nacionales e internacionales de teatro.
¿Cómo define el teatro puneño?
Es híbrido, porque su escenario es la cuna de las culturas quechua y aimara, ambas con una filosofía que busca la armonía en la familia y en la sociedad. El teatro está compuesto por elementos culturales de varias culturas; el tema depende de cada contexto, lo cual se aprecia en los diálogos de los personajes y la puesta en escena. Incluso en algunas obras teatrales el diálogo de los personajes es en quechua, aimara o bilingüe.
¿Son varias las etapas de su actividad teatral?
Sí. Me inicio en el teatro en 1990, en el Grupo Yatiri, con Alberto Cáceres Gómez, Amiel Cayo Coaquira y Víctor Apaza Calderón; participamos en varias muestras regionales y nacionales, y también logramos organizar la V Muestra Regional aquí en Puno. Viajamos de gira a Bolivia. También he participado en la creación de la Escuela de Arte de la UNAP, especialmente en la especialidad de teatro. En Lima he participado en algunos proyectos del Grupo Cultural Yuyachaki, con Amiel Cayo, y actualmente me he reincorporado a la Asociación Pukupuku: Comunicación, Educación y Sabiduría Andina.
¿Se puede vivir del teatro?
Depende del contexto y la dedicación. Es como cualquier otra profesión: cuando uno se dedica a tiempo completo, consigue trabajo. Hay actores y actrices que viven del teatro, especialmente en ciudades grandes como Lima, Arequipa, etc. Pero en provincias es difícil vivir del teatro; la mayoría de actores y actrices tienen otra actividad principal.
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