José Luis Ayala Olazàval
Puno. Alberto Zúniga Álvarez, fue un paradigmático abogado puneño con especial cariño a la tierra natal y su acendrado compromiso se tradujo de diversas maneras. Tanto en la defensa de comunidades campesinas por sus derechos y dignidad, así como cuando durante la reforma agraria defendió a pequeños y medianos propietarios. Como estudiante universitario militó en la izquierda que preconizaba un gobierno socialista para el Perú. Militó en el Frente de Liberación Nacional (FLN), liderado por el general César Pando Egúsquiza. (…)
Alberto Zúniga Álvarez fue invitado por el FRENATRACA, junto con Átalo Gutiérrez, para que fueran regidores en el Municipio de Puno. Una vez elegidos se dedicaron especialmente a atender a los sectores más marginados. Alberto Zúniga, por acuerdo del municipio, fue designado para que supervisara las funciones de una entidad municipal dedicada al desarrollo de la cultura puneña.
Consiguió que, mediante Ricardo Arbulú Vargas, jefe de clasificación y catalogación de la Biblioteca Nacional, se realizara un curso para capacitar a los bibliotecarios de las provincias de Puno. Durante 3 meses 5 profesores formaron a bibliotecarios en personas capaces de clasificar y catalogar las bibliotecas a su cargo. Además, el Fondo San Martín enviaba mensualmente una especial cantidad de libros para incrementar el fondo bibliotecario.
Uno de los temas más importante que me interesó al ser nombrado como director de la Biblioteca Municipal Pública de Puno, fue identificar los libros que había dejado Gamaliel Churata. Aurelio Ormachea no pudo modernizar el fondo bibliotecario, no era un intelectual como Churata. Su labor consistió en asistir a los estudiantes carolinos para que hagan sus tareas. Le sucedió Carlos Zegarra, que era policía; fue nombrado bibliotecario sin tener criterio para una función importante. Durante su desempeño llenó la biblioteca de libros para escolares y estudiantes de secundaria. Hubo sin duda un descuido en la compra de libros referidos a ciencias sociales que, en los años 60 y 70, tomaron un rol protagónico en el desarrollo del análisis social e impulso de la teoría acerca del poder y la política.
Ormachea empaquetó la otra parte de la biblioteca que Churata había formado, Zegarra hizo lo mismo. Así se salvaron del saqueo revistas, libros y diarios de 1900. Lo más sorprendente fue haber hallado en una caja sellada el texto que Churata, así como los curas del siglo XVII y XIX escribían “Los Anales” para reemplazar a los periódicos. (…)
Durante el tiempo que ejercí el cargo de director de la Biblioteca Municipal Pública de Puno, (1967-1969), Alberto Zúniga Álvarez consiguió que el fondo bibliográfico se renovara, especialmente en referencia a ciencias sociales. En 1969 viajé a París al haber alcanzado una beca en IRFED, cuyo director era el maestro brasilero Paulo Freire. Conservo en mi poder el inventario, el acta de entrega del fondo bibliográfico.
Han pasado muchos años y prácticamente ha desaparecido mucha riqueza bibliográfica. El sistemático saqueo ha privado que los nuevos investigadores tengan acceso a muchos documentos valiosos, que podrían haber servido para reescribir la verdadera Historia de Puno. La fotostoria no es la vía sino la investigación y uso de ciencias sociales. La pregunta es entonces; ¿Por qué no hay un historiador puneño? Esperamos que nos respondan a tres preguntas: ¿Qué hemos sido? ¿Qué somos? y ¿Qué debemos ser? Queremos que nos digan qué clase de sociedad debemos construir frente al fracaso de una República criolla, colonial, escindida y secuestrada. 200 años de frustraciones colectivas no será fácil superar. Pero si se reescribe la Historia de Puno y el Perú, sería una fuente para recuperar el subconsciente colectivo y reconstruir la esperanza social.
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