Natalia Roncal es miembro del movimiento internacional de escritores y escritoras por la libertad
Natalia Roncal Benites nació en Lima. Es fotógrafa documental, poeta y promotora cultural de Arteidea Grupo Editorial. Ha participado en diferentes encuentros de escritores y recitales, nacionales e internacionales. Es autora del poemario “Racimo de fotogramas” (2018).
¿Cómo empezaste a escribir?
Desde que tengo uso de razón, he visto a mi padre con un libro; por tanto, la semilla literaria ha ido germinando a lo largo de mi vida. Primero de adolescente, en el colegio, en los cursos de literatura y lenguaje, luego en un concurso de poesía. Es un poco gaseoso el recuerdo: tenía 12 años, aproximadamente. Lamentablemente no quedan vestigios de aquellos papelitos o cuadernos donde apuntaba algunas ideas poéticas, pues soy muy dispersa y por ello quizá se me traspapelaron. Me hubiera encantado guardar algunos. Sin embargo, felizmente, conservo aquellos que escribí desde los 17 hasta hoy.
¿Recuerdas tu primer poema, qué expresaba?
Cuento como el primero, aquel que escribí cuando tenía 17 años, más o menos. Era uno que expresaba erotismo e idealismo por un chico que me gustaba cuando estudiaba fotografía. Me acuerdo que lo escribí en la hora del refrigerio, mientras veía al chico a cierta distancia: tomé mi lápiz y cuaderno de notas, y como si estuviera contemplando un paisaje lleno de flores, comencé a escribir.
¿Cuál ha sido el poema que más te ha marcado?
Un poco difícil decidir. Creo que en cada etapa de nuestra vida siempre resaltan unos más que otros. Por ejemplo, uno que dice “recorre mis siete colores, el que me resucita, recórrelo dos veces”; o también otro, más reciente: “Suéltala, yo desenchufo las mechas del capital”. No acostumbro poner títulos a los poemas porque siento que, tal vez, se encasillan; en ese sentido, solo los recuerdo por versos.
¿Cuánto ha sido el tiempo máximo en que has escrito un poema?
No suelo calcular el tiempo cuando escribo un poema, puedo demorarme a partir de medio minuto… son muy catárticos. Me ha pasado que he escrito unos poemas y los he terminado en mis sueños; me levanto en la madrugada y trato de escribirlos. Otros no los recuerdo bien y los escribo en el celular… hasta en un boleto de un carro, porque las ideas son trampolines y nuevas ventanas para otras nuevas ideas, y estas, a su vez, son efímeras si no las apuntas en algún lugar.
¿Qué figuras literarias se ven reflejadas en tus poemas?
El símil y la metáfora son las bases de mis poemas, van muy de la mano. Mis fuentes de inspiración, aparte de los libros, y que alimentan mi creatividad, también son la pintura, la música, el cine, los sueños, los recuerdos, la cotidianidad, la historia y la espiritualidad.
¿Qué poetas peruanos han influido en tu vida?
Nuestro gran poeta puneño Carlos Oquendo de Amat ha sido y es uno de mis mayores referentes peruanos; en esa línea de alta calidad literaria, Eduardo Eielson, Rosa del Carpio, Adela Monstesinos, Magda Portal. Estas tres últimas, relegadas por el canon hegemónico, tienen sin embargo una calidad poética como un fusil.
¿En qué proyectos te encuentras trabajando actualmente?
Vengo boceteando algunas ideas ilustrativas y fotográficas con respecto a la portada y contraportada de mi segundo libro, que ya está prácticamente terminado en cuanto a edición. Si el universo conspira a mi favor, espero que salga a la luz el próximo año. Y en cuanto a fotografía, básicamente me encuentro desarrollando un proyecto con archivos personales, sobre mi relación con la música a lo largo de mi vida.
¿Qué aconsejarías a los que empiezan en este mundo mágico de las letras?
Lamentablemente esta sociedad capitalista nos ha enseñado a encasillar nuestras emociones, reprime nuestra imaginación y sistemáticamente aplasta nuestros sueños. A los jóvenes, que escriban de forma honesta y con la mayor transparencia posible. Leer mucho y, por consiguiente, tener múltiples miradas y perspectivas de nuestro entorno; ello nutrirá y potenciará nuestro trabajo literario.
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