Por Bladimiro Begazo Begazo*
El 27 de mayo, se ha designado como el Día de las Lenguas Originarias en nuestra patria, que según datos oficiales son 48.
Algunas de ellas en peligro de extinción por razones varias, como la imposición manu militari o religiosa desde la época del imperio incaico y muy especialmente por la imposición del idioma castellano en la época de la conquista y colonización española de nuestro país en 1532.
Esta actitud fue continuada por las clases oligárquicas después de la independencia de 1821 hasta la fecha, incluso bajo su mentalidad colonial obligaron a celebrar a la población, el Día del Indio el 24 de junio y el Día de la Raza el 12 de octubre.
Sin embargo, nuestros aborígenes dieron una dura batalla y resistencia para evitar que sus lenguas, hábitos, costumbres e historias, se borraran de su memoria y las fueron transmitiendo de generación en generación hasta la fecha.
Pese a la destrucción masiva de poblaciones aborígenes por mano de caucheros, empresas madereras y petroleras que contaminan su medio ambiente, y la tala de árboles por inescrupulosos granjeros en la selva.
Pero además, por el enorme racismo impuesto por los colonizadores españoles que hicieron negar a las personas su propio origen, el de sus nombres y apellidos y su idioma, cuya práctica era motivo de vergüenza al ser tipificadas de ‘cholos’.
Y que los únicos ‘decentes’, eran los descendientes de españoles de sangre azul, por lo que los peruanos del pueblo ni siquiera tenían derecho a la educación, y solo servían para ser siervos o peones de los patrones adinerados.
Peor aún, las mujeres solo servían para cocinar y hacer labores domésticas y ser abusadas sexualmente por el patrón o los hijos, que tenían el derecho a la pernada antes del matrimonio.
Si existiera duda de lo que afirmo, les recomiendo los textos escolares de aquellas épocas. Hasta hace poco se alfabetizaba a las comunidades en castellano, en lugar de hacerlo en su idioma nativo.
Por eso es saludable que ahora el Estado recién le esté dando importancia a la preservación de las lenguas originarias, lo que implícitamente significa reconocer que somos un país plurinacional, multiétnico y que somos todavía una nación en formación.
Por eso me alegro mucho que pervivan y crezcan el quechua, aymara, asháninka, awajún, shipibo, sawi y otras lenguas originarias, y que sumadas, más o menos representan a 6 millones trescientos 55 mil peruanos.
E insto a defender las lenguas que están por desaparecer, porque ello significará la extinción de historias, tradiciones y costumbres milenarias. Nuestra patria tiene historia, no somos país ni sociedad de trasplantados. Sintámonos orgullos de ser peruanos.
*Exdiputado por Arequipa
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