Por Carol Briones Martínez*
Hace poco todos vivimos la emoción del fútbol y vibramos con la esperanza de llegar aún más lejos; vimos un equipo donde la lucha era de todos. Así que aprovechando la coyuntura hablaremos un poco sobre las muy mentadas ‘habilidades blandas’ y cómo podemos observarlas también en nuestro equipo de fútbol.
Empecemos por el liderazgo; cuando Gareca asume el equipo sus primeras presentaciones no resultan exitosas, él obvia las críticas y decide seguir con su trabajo. Un buen líder armando un equipo, significa primero, conocer y aprovechar las fortalezas de cada miembro y segundo usarlas en la consecución de un objetivo común. Un buen líder se involucra y es capaz de reconocer las emociones de su equipo y usarlas a su favor.
Ahí aparece Oreja Flores, todos hablan de su sencillez y su buena disposición; y es cierto. Podemos decir, viéndolo desde afuera, que tiene un buen manejo de la inteligencia emocional. Esa capacidad de conocer y controlar nuestras emociones y mantenerse calmo en ocasiones en que otros pudieran explotar. Cualidad indispensable para poder tomar decisiones correctas. Un cambio importante en ese sentido lo muestra Zambrano, que pasa de ser un jugador colérico y explosivo a uno algo más controlado y que cuida sus reacciones.
También está el elemento motivador, ese Paolo Guerrero nos muestra la importancia de la motivación; la primera es la suya propia, la que llamamos intrínseca, esa energía interior que se desborda y se muestra en su capacidad de entrega y en ese ánimo de no rendirse nunca; y por otro lado la motivación con la que alimenta a sus compañeros, alentándolos a no desmayar.
Soporte emocional podemos ver en Yotun, cuando en un vídeo ya muy conocido, levanta la barbilla de su compañero, mostrándole así su propio valor. No es malo perder si se ha entregado todo en el proceso, es importante no renunciar y usar los errores para generar un proceso de mejora continua.
Así podríamos seguir sumando características de este equipo, que está armado para ser lo que se necesita; un equipo de alto rendimiento. Donde todos los elementos funcionan y todos persiguen un objetivo común, sin requerir el brillo personal y que aún así existe porque todos alumbran en la misma medida.
Sobre la hinchada, ahí podemos ver cómo nos afecta y de qué manera reaccionamos a los eventos adversos. Puedes elegir entre criticar, juzgar y enojarte; o ser positivo, reconocer las mejoras y la necesidad de un progreso gradual y seguir alentando y motivando; porque eso de “la letra con sangre entra” ya quedó en el pasado. Así como en la vida, tú eliges de qué manera vivir, si dejas que te afecten las cosas que no están bajo tu control o te dedicas a trabajar en todas aquellas que sí puedes mejorar y esas sólo te pertenecen a ti.
Hazte dueño de todo lo bueno que pelea por salir de tu interior y úsalo para alumbrar el camino de quienes todavía no encuentran el rumbo.
*Coach empresarial y de vida
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