Boris Espezúa Salmón nació en Puno, estudió Derecho en la Universidad Nacional Mayor de San Marcos y es actualmente Decano de la Facultad de Ciencias Jurídicas y Políticas de la UNA-Puno. En el área del Derecho escribió: “Ética de la Justicia”, “La protección de la dignidad Humana”, “Filosofía del Derecho”, etc., y en el campo de la literatura: “A través del ojo de un hueso” (1987), “Tránsito de Amautas” (1990), “Alba del Pez” (1992), “Tiempo del Cernícalo” (2002), “Gamaliel y el oráculo del agua” (2010) y “Máscaras en el aire”.
¿Existe algún requisito para incursionar en la senda de la poesía?
La vida misma. La forma de concebirla, contemplarla, asumirla, es el mayor requisito, a ella se agrega el insumo de la lectura, del oficio, y de la constante creación, que no es apurarse por publicar, sino innovar, hacer algo nuevo, algo que plantee una trayectoria, una poesía consolidada, que proponga una visión diferente de temas que finalmente caracterizarán al creador de versos. No se trata de reunir poemas, sino que se piense en algo temático, en una estructura que totalice un hecho, una segmento de la historia, una experiencia concreta.
¿Qué debe hacer un joven común y corriente para interesarse por la poesía?
A un joven común y corriente no le interesa la poesía, si hablamos de ese joven que es de la mayoría de jóvenes acríticos, irreflexivos, que no les interesa la cultura, menos la literatura, y están envueltos en el espectáculo, en la convencionalidad de lo fútil. Pero si hablamos de un joven que sí le interesa la cultura, pero no tiene medios ni circunstancias favorables para incursionar y desarrollarse por ciertas condiciones materiales y necesidades primarias que lo apremian, entonces debe organizarse en su tiempo para leer en internet, que es más accesible, y poco a poco adquirir libros para que tenga un espaldarazo para la creación.
¿Qué instituciones están llamadas para impulsar el hábito de la lectura?
Todas en general. Pero sobre todo las que tienen que ver con el fomento a la cultura. La lectura debería ser un derecho fundamental, que el Estado tenga la obligación de atender ante los ciudadanos, como sucede en algunos países europeos. Pero aún en nuestra sociedad no hay la conciencia de dicho derecho, en el Perú aún es subestimada la lectura, es estigmatizada y tenemos bajos hábitos de nuestra sociedad proclive a cultivarla. Hace falta avanzar mucho en el fomento de la lectura, en donde se comprometa un Estado que sepa y quiera elevar la cultura de su pueblo.
¿Cómo nota la producción poética puneña contemporánea escrita por mujeres jóvenes?
Que poco a poco se está haciendo presente. Es elogioso que muchas mujeres jóvenes vayan rompiendo prejuicios, vayan alzando la voz, vayan considerando como oficio el trabajo literario. En el caso de una mujer en el contexto patriarcal, eso no es fácil, porque los roles y la consideración que tiene la limita mucho, que sobre dicha circunstancia se sobreponga es un gran reto y un gran logro que debemos apoyar y estimular. Muchos talentos se frustraron por ello, pero eso debe cambiar paulatinamente
¿Una composición poética es una fotografía de la realidad o es una mera imaginación?
Ni uno ni el otro en el sentido lato, reduccionista. Una fotografía de la realidad es una simple descripción o réplica, y el poeta no fotografía nada, sino recrea, resignifica. Tampoco es una mera imaginación, porque la imaginación que tiene no es básica, sino es desarrollada, es enriquecida permanentemente por la necesidad de poetizar, metaforizar; el poeta, como el músico, el escultor, tiene una imaginación elevada, alimentada, en ejercicio, en permanente plasmación. Por cierto hablamos de los buenos creadores.
Los profesores, ¿qué deben hacer para incentivar a que los estudiantes incursionen en el mundo mágico de las letras?
Deben empezar ellos primero en leer. El ejemplo debe ser real, no debe quedar en el discurso. Quien quiera los cambios, las transformaciones debe empezar con prepararse, con leer bastante. Muchas veces vemos revolucionarios de discurso, grandes animadores de los nuevos cambios, pero no tienen sustento, argumento, y no pueden sostener razones que por ausencia de ello, terminan empobreciendo o claudicando en sus buenas intenciones.
¿Cuál de los dos factores predomina en su actividad poética: la inspiración o el oficio?
Los dos, pero más peso tiene el oficio, porque tiene que ver con la disciplina, con la depuración, que también es necesario en todo producto intelectual. La inspiración está vinculada al talento, que a veces es innato. Hay que recordar ese viejo adagio: “Lo que natura te da, Salamanca no presta”, es decir, si no tienes ese talento vocativo, esa vocación, por más que tengas grandes estudios académicos, o seas erudito, no podrás alzar vuelo.
¿Cuál debe ser el rol del escritor peruano en un país dependiente y subdesarrollado como el nuestro?
El de prepararse y escribir con responsabilidad social. El escritor es un luchador de la palabra, y por lo tanto tiene que cumplir una función social, principalmente si pertenece a un país subdesarrollado.
¿Qué opina del trabajo de la médico Luz Delia Justo Pinto, respecto a su Manual en Aymara: Elaboración de la historia clínica?
Es un ejemplo de lo que se puede hacer para impulsar el bilingüismo y por lo tanto la interculturalidad en el uso de idiomas.
¿En qué proyectos se encuentra trabajando ahora?
Estoy escribiendo ensayos. Pienso como Sábato, que también el creador debe sentar posición frente a la vida, y no siempre basta la poesía, sino hay otros frentes como el Derecho, las Ciencias Sociales, la Historia, la Sociología, que pueden servir para expresarse en ese marco de responsabilidad social.
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