“El dolor histórico, se convierta en sabiduría y esperanza, el poder se democratice”
Vicente Alanoca Arocutipa
El contenido nace desde el corazón de un jaqi que siente y piensa por Puno, desde Puno, para Puno y para el Perú, pero en la línea del pensamiento crítico.
Estamos a portas de llegar a los 200 años de la fundación del Perú; Puno este año cumplirá 351 años de fundación, que Anderson diría es una “comunidad imaginada”[1] porque la historia de sus pueblos no es de ahora, sino viene desde hace miles de años, pero por la “historia oficial” se ha legitimado informaciones que eran desinformaciones, como dice el proverbio africano recogido por Galeano, “la historia han escrito los cazadores y no los propios leones” la que aún no hemos entendido ni conocemos la historia de nuestros pueblos por nuestro eurocentrismo solapado; o simplemente nos hemos convertido en grindios, o simplemente para algunos se nos ha chuñificado en vez de la cholificación, se han convertido en enemigos de nuestros pueblos, no sólo por culpa de las autoridades, sino por elegir malas autoridades.
El suscrito salió para Puno(aquí alégrense y tiene razón quienes nos “insultan”, nos estigmatizan como “indios” o “la indiada”. En el año 1989, para estudiar en la Universidad Nacional del Altiplano, ya hace más de 30 años, nos cobijó los vecinos y amigos que también eran migrantes como nosotros; en ese proceso aprendimos y empezamos a sentir una identidad y pasión por la universidad, porque encontramos maestros y hermanos quechuas, aymaras, uros y mestizos que también estudiaban en la universidad. Siempre pensamos que luego de nuestro trajinar sería un paso la universidad, pero nunca imaginamos cobijarnos en Puno, por tanto, aún no teníamos un corazón y sentimiento por la ciudad de Lago, porque nuestro corazón estaba repartido en dos, es decir, en Ancasaya y Alpaccollo de mi querido Ilave, ahora que nos cobijamos y alternamos con Puno, es una situación compleja, que sostengo ello, porque ya venimos construyendo un sentimiento por Puno, desde donde podemos refundar el Perú.
Hoy llegamos al año 2019, vemos crecer y afrontar los problemas que hoy presenta Puno, como la contaminación del Lago Titicaca, el tema de inseguridad, la proliferación de las cantinas y antros de perdición, falta de acceso a los servicios básicos como luz y agua, el tema de anemia 67.7 %, que afecta a la mayor parte de los menores entre 6 y 36 meses, lo que equivale a que siete de diez niños padecen de esta enfermedad, según la Encuesta Demográfica y de Salud Familiar (ENDES) 2018, un gobernador regional preso por defender los recursos naturales, alcaldes y exalcaldes involucrados en supuestos actos de corrupción, instituciones públicas que han perdido credibilidad desde la población, pues existe una fuerte repercusión no sólo en la capital de la región Puno, sino a nivel de las provincias y distritos. Pues cada vez es más indignante. Estamos ante un país con partidos que se alistan para las elecciones complementarias para el congreso, donde muchos se vienen frotando la mano para cosechar votos bajo ciertas dádivas a sus electores, probablemente alcancen votos, que van seguir hipotecando conciencias a todo costo. Algunos seguirán buscando las chapas de cerveza premiada, que nunca llega, sino siempre dice: “sigue intentando” seguirán intentando, otros tal vez mueran en el intento. Todo esto sumado a la cultura de consumo, sobretodo somos campeones en consumo de cerveza, aunque ha bajado donde algunos aprovechan para hacer el “shopping espiritual”[2] aprovechando la ingenuidad de la gente, como para colocar en algunas instituciones “solo hay atención los días miércoles” o sea que allí existen “trabajadores de miércoles” que vergüenza para nuestro Puno querido.
Esa es la situación que vivimos y nos toca vivir, a ello podemos sumar las situaciones de odio, discriminación y racismo viviente y latente con elementos de rezago colonial que todavía es una asignatura pendiente por resolver, aunque a algunos les cuesta aceptar la diversidad cultural y lingüística del Perú, donde los intentos de homogenización y colonización han fracasado, gracias a esa población pujante, laboriosa, rebelde y acogedora que supo recrear y recriar la vida, desde los barrios y urbanizaciones, comerciantes, mototaxistas, triciclistas, ambulantes, los canillitas; artistas, poetas, organizaciones mujeres, maestros y obreros de construcción civil, maestros y profesores del sector educación en todos sus niveles así como trabajadores administrativos, la juventud en las diversas universidades, la ciudadanía, la población quechua, aymara y uro, etc., que hoy son conjunto de seres humanos, que aún constituyen la esperanza de Puno, donde esas mentes y actitudes pueden apostar por la descolonización y re-fundación de Puno, por ende el Perú. Nos sigue faltando redescubrir en Churata elementos e ingredientes del pensamiento crítico; en Encinas una educación para la transformación de Puno y el Perú. En ese marco existen también sectores que vienen apostado por una acción y praxis de la transducción cultural, al que algunos dirían “interculturalidad” pero, es considerar en todas las actividades que se desarrolla como eje transversal la cuestión de la diversidad cultural y lingüística, al que no fue entendida por los operadores del sistema oficial del Estado. Esta situación hemos entendido los últimos 10 años, bajo la perspectiva y el pensamiento crítico.
Una forma de celebrar y recordar el aniversario de Puno, en estos 351 años, desde nuestro modesto parecer es la recreación de elementos de ecuación emancipatoria que hemos ido trabajando, inspirado desde nuestros maestros del Perú, América Latina y el mundo, por ejemplo el dolor histórico sea y se convierta en sabiduría y esperanza, el poder se democratice, ello podemos observar con mucha expectativa desde el Poder Judicial, hablar y desarrollar acciones de justicia intercultural. El trabajo emprendido por el Ministerio de Cultura por la revitalización de las lenguas, cuando defendimos nuestra tesis en Sevilla(España) algunos mestizos y q’aras nos criticaban por ello, no dijimos nada, no somos de los que cacareamos como la gallina, creo que fue basta el reconocimiento de nuestra universidad, pero hoy parece ser una cuestión cotidiana. Eso debería ser así, como lo es Bolivia, el uso obligatorio de las lenguas oficiales no sólo en Puno, sino, en todos los lugares. En suma, eso sería un homenaje merecido para Puno. No seamos cómplice de la injusticia cognitiva, si queremos tener una justicia social en el Perú y en el mundo. Hoy más que nunca nos necesita Puno, de todo su gente, a quienes nos cobija. Por ello, decimos: ¡Jallalla Puno! ¡Kawsachun Puno! ¡Viva Puno!
[1] Anderson, B. (1993). Comunidades imaginadas. México: Fondo de Cultura Económica.
[2] Silleta, A. (2007). Shopping espiritual. Buenos Aires, Ediciones Martínez Roca S.A.
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