Por: Mayhc Vizcarra
Definitivamente, el año 2019 será recordado como uno de los más complicados para la región y el país. En Puno, las controversias políticas se basaron, en líneas generales, en la gestión iniciada por Walter Aduviri, que ahora continúa Agustín Luque Chayña.
Lo bueno
La asunción de cargo de Walter Aduviri como gobernador regional, que parecía indicar un camino esperanzador y positivo para Puno, dada su aprobación mayoritaria en los comicios de octubre del 2018, donde fue electo en primera vuelta.
La adjudicación de los proyectos de las Plantas de Tratamiento de Aguas Residuales (PTAR) para la región, la cual se concretó en marzo, pero que recién tuvo la firma de contrato en noviembre pasado. Esta obra, dicho sea de paso, debe iniciar su construcción en 2020.
Otro hecho positivo, aunque no aprovechado, fue el desembolso de más de 57 millones de soles, por parte del Ministerio de Economía y Finanzas, al Gobierno Regional de Puno, a fin de licitar e iniciar la construcción del nuevo Hospital Regional Manuel Núñez Butrón. Sin embargo, este proceso no se concretizó y se dio por perdido el dinero.
Lo malo
La inestabilidad constante en la región debido a la situación legal del gobernador regional Walter Aduviri, a quien el Juzgado Penal Colegiado de la Corte Superior de Puno halló culpable del delito contra la tranquilidad pública en las violentas protestas que encabezó en mayo del 2011, en el conocido “aymarazo”.
Aduviri pretendía solucionar su situación legal desde la clandestinidad; sin embargo, el 25 de agosto fue capturado y después internado en el Penal de Puno, donde ahora cumple los 6 años de prisión ordenados por el sistema de justicia.
Este hecho acarreó inestabilidad política, económica e incertidumbre por la continuidad de proyectos en la región, hecho además que fue determinante en la continuidad de licitaciones, como la del Hospital Regional Manuel Núñez Butrón, que finalmente se frustró y fue reprogramada con la gestión entrante de Agustín Luque.
Este último, a pesar de ser visto con buenos ojos por algunos, con el paso de las semanas no presentó resultados, y más bien se fue rodeando de gente allegada a la gestión de Juan Luque Mamani, la cual además era acusada de diversos actos irregulares.
La gestión de Luque Chayña demostró inoperancia e incapacidad en sus actuados; prueba de ello es que el GRP devuelve más de 80 millones de soles al erario nacional, presupuesto que se debió de invertir en el desarrollo regional.

Luque Chayña demostró inoperancia
Lo feo
El conflicto judicial acarreado por Walter Aduviri provocó la disolución de la facción oficialista del Consejo Regional. Consejeros como Walter Mamani, Héctor Coaquira, Lisbeth Cutipa, entre otros, abandonaron al exlíder aymara descaradamente.
Este hecho, además, desencadenó en una serie de enfrentamientos en plena sesión del Consejo Regional para suspender a Aduviri del cargo, cosa que finalmente se logró gracias a la dimisión y traición de sus exaliados.
De esta forma, salieron a relucir acusaciones entre los consejeros pertenecientes al Movimiento Regional “Mi Región”. Viendo la coyuntura, algunos de ellos tuvieron que cambiar de posición y quitarle su apoyo a Aduviri para cedérsela a Agustín Luque, quien temerariamente asumió el cargo de gobernador regional.
Al final del año, el Consejo que fue instalado con el espíritu de recuperar la imagen dejada por la anterior gestión, poco o nada hizo para cumplir tal objetivo; al contrario, los enfrentamientos condujeron a cerrar el año con un ente legislativo ya desgastado y con poca autoridad política y moral.
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