Por: Lourdes Calla
La Ciudad de los Vientos tiene un importante movimiento económico, generado por el comercio y otras actividades; sin embargo, parte de este movimiento es motivado por actividades ilícitas, como el Tráfico Ilícito de Drogas (TID).
Las últimas intervenciones y estadísticas revelan que Juliaca ya no es solo un lugar de tránsito y almacenaje de droga, sino también donde se procesa y mejora para convertirla en un estupefaciente de alta pureza.
Laboratorio
El coronel Orlando Calderón Valencia, jefe de la División Policial de Juliaca, señaló que la última vivienda intervenida en el jirón Inca Garcilaso de la Vega servía como un laboratorio para el refinamiento de la droga.
En esa oportunidad se detuvo a Luis Jesús Ayala Somocusio (22), César Urquizo Calla (55), Daniel Basilio Capajaña Torres de (35) y Luisa Somocusio Baca, quienes ahora se encuentran con detención preliminar de 15 días, hasta que la Fiscalía determine su situación legal.
Modernización
El exfiscal antidrogas, Huber Obregón Sosa, indicó que a medida que avanza la ciencia, también avanzan los delitos y su modernización. Explicó que la inacción de la Policía y la Fiscalía, es una ventaja que tienen las organizaciones, dedicadas a este ilícito negocio.
Hace 8 a 10 años, en Juliaca no se tenía laboratorios, como ya tenemos ahora: inmuebles convertidos en pequeños recintos de producción y refinamiento. Para el abogado, esta ciudad es un escenario perfecto para el narcotráfico, por la informalidad y crecimiento desordenado.
“Juliaca está destinada a ser tierra de nadie, si las autoridades no usan estrategias adecuadas, planes operativos; y la selva de Puno está camino a convertirse en el próximo VRAEM”, advirtió.
Es conocido que el refinamiento resulta lucrativo para quienes convierten sus viviendas en laboratorios. Obregón menciona que si un kilo de Pasta Básica de Cocaína (PBC) cuesta mil dólares, este precio se triplica o se cuadruplica cuando se convierte a alta pureza, como clorhidrato de cocaína.
Estadísticas
La producción mostrada por la policía parece no cubrir las expectativas, teniendo en cuenta la cantidad de droga que transita, se almacena, se vende y compra en nuestra región.
Las estadísticas de la Región Policial de Puno arrojan 731 kilos de PBC, 106 kilos de clorhidrato y 881 kilos de marihuana, incautados durante el 2019. Mientras que Polcar informó 106 kilos de PBC y 409 kilos de clorhidrato, como parte de la producción del año anterior.
Según datos de la Fiscalía Especializada en Lavado de Activos y Pérdida de Dominio de Puno, en este momento se tiene 433 investigaciones en giro, de los cuales el primer lugar lo ocupan investigaciones de este delito procedente de la minería ilegal; en segundo lugar está el tráfico ilícito de drogas.
Es difícil acceder a los datos o tener versión de la Fiscalía y policía especializada, porque en ambos casos deben obtener autorización de los altos mandos o jefes para poder brindar información.
Particularmente en Juliaca, existe el Departamento de Operaciones Tácticas Antidrogas (Depotad) que dependería directamente de Lima, y tenemos un Área Antidrogas que depende de la Región Policial.
DATO.
El exfiscal Huber Obregón indicó que las rutas de la droga cambian constantemente. En la región, la mayor cantidad sale de Sandia para ser procesada en Juliaca y llegar a la frontera con Bolivia; en otros casos llega de Ayacucho y luego de pasar por Juliaca, también tiene el mismo destino.
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