Puno. Mientras la salud de la población se degrada, al igual que sus actividades productivas, las acciones para mitigar la contaminación de la cuenca del río Ramis aún no son tangibles. No obstante, a través de un proyecto de infraestructura natural se busca hacer sostenible la conservación de suelo y el recurso hídricos. Su viabilidad podría darse a fines de agosto.
Para atenuar la alarmante contaminación en la cuenca del río Ramis, es imperativo actuar cuanto antes. Hasta el momento ninguna instancia realiza acciones para la recuperación de sus áreas degradadas, principalmente a causa de la minería ilegal. Sin embargo, en la infraestructura natural se ve una opción sostenible y viable.
Santos Ramos, gerente de recursos naturales del Gobierno Regional de Puno (GRP), explica que este proyecto tiene que ver básicamente con la siembra y cosecha de agua, recuperación de suelos a través de las terrazas de formación lenta, zanjas de infiltración y diques de contención.
También involucra acciones de reforestación (con tres millones de árboles) e incentivar su conservación y manejo. Asimismo, se tiene en la mira un vivero de alta tecnología en Potojani, implementado con el proyecto forestal.
Todo esto involucraría un presupuesto aproximado de 30 millones de soles. Actualmente se encuentra en etapa de formulación, y se espera que a fines de agosto se esté aprobando su viabilidad.
Socialización
Al ser un proyecto complejo que involucra a varios actores, Ramos sostiene que los talleres de capacitación se han realizado con las municipalidades distritales, juntas de usuarios y productores. Afirma que es todo un equipo técnico desplegado para socializar el proyecto.
Para identificar en qué áreas se va a intervenir, señala que uno de los instrumentos directrices es la Zonificación Ecológica y Económica (ZEE), el cual es el documento base para el equipo formulador del proyecto.
Su ámbito de intervención sería en Azángaro, San Antón, Asillo, Nuñoa, la subcuenca Pucará, Llalli, Cupi, Ayaviri, Lampa, Azángaro, Melgar y parte de Carabaya. “Entonces se va a intervenir tanto la cabecera de la cuenca como la parte media y baja”, refirió.
Antecedentes
En 2017 y 2018 se realizaron proyectos de infraestructura natural a través del MINANCAF, del Ministerio del Ambiente. Según el funcionario, tuvo resultados positivos para la regulación hídrica y para mantener los ojos de agua en Asillo, Azángaro y Potoni; sin embargo, fue dejado de lado. Esas experiencias se han recogido y buscarán ampliarlas.
Es una primera experiencia, aunque en reforestación se tiene experiencia a nivel circunlacustre. “Este proyecto es más completo, porque involucra la conservación de suelos y otras actividades”, dice Ramos.
Reactivando la economía
También se ayudaría a reactivar la economía en el sector rural, haciendo las zanjas de infiltración, los andenes, las terrazas de formación lenta, las plantaciones forestales. “Así se brindaría mano de obra no calificada”, explicó.
Ante la compleja problemática de la cuenca Ramis, es preciso involucrar a otros actores, como la Dirección Regional de Energía y Minas (DREM), cuya función sería fiscalizar y supervisar. “Hay más de 100 mil personas que trabajan en la minería, en la cabecera de cuenca, pero ello no significa que hagan esa actividad de manera irresponsable”, enfatiza.
Presa Huajchani
Ramos señala que, mientras la infraestructura natural se dedica a la conservación de suelos para evitar su erosión y desertificación en las partes altas, por el mal manejo de las actividades agropecuarias, la presa Huajchani servirá para mitigar la contaminación en la zona.
Asegura que está plenamente identificado y es la única obra que cumplirá con ese fin. Su construcción demandaría 117 millones de soles y la unidad ejecutora sería el Proyecto Especial Binacional Lago Titicaca (PELTB). Su realización aún es materia de reuniones con el gobernador Austín Luque y funcionarios del Ministerio de Desarrollo Agrario y Riego.
A nivel normativo, había una iniciativa para que la Autoridad Nacional del Agua (ANA) trabaje en la conservación de cabeceras de cuencas, pero no ha sido reglamentado aún por el Congreso de la República. Este sería otro gran aporte a favor de la zona de Ramis.
Ante todo lo expuesto, que suena sumamente interesante y esperanzador, los lugareños ansían que pueda concretarse y no sea solo una ilusión más. Son más de 10 años de constante lucha por una vida digna, que incluso se defendió con derramamiento de sangre; lo mínimo que se puede hacer por ellos es lograr su ideal.
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