Puno. Aurelio Jaño Callo, natural de la parcialidad de Lacasani, del distrito y provincia de Moho, inició sus labores de profesor en la IES Francisco Bolognesi de Sullca – Moho. Luego en la IES Agroindustrial de Putina, y actualmente en la IES Comercio 32 “Mariano H. Cornejo”, de Juliaca.
¿Cómo se autodefine como músico?
Bueno, soy aficionado, porque los instrumentos musicales que ejecuto (pinquillo, quena, siku, acordeón) los aprendí de manera empírica y autodidáctica, con la consciencia de que la práctica hace al maestro. Hacer música es mi hobby, preferentemente la música folklórica, porque esa música popular y tradicional nos permite valorar de dónde somos y cómo somos.
¿Qué significa ser músico en el Perú?
Es una buena opción laboral, si es que se toma formalmente, con planes y objetivos claros. Por otro lado, ser músico con formación profesional tiene más significado académico, implica ser creativo, paciente y constante.
¿Por qué no hay crítica para la música?
La música cumple una función muy compleja de comunicación, que normalmente no puede transmitirse por los medios tradicionales. Mediante la música es posible transmitir emociones, sentimientos, conocimientos e inclusive nuestras manifestaciones espirituales; pero es muy subjetiva y todos tenemos nuestras preferencias personales. Y creo que sí hay lugar para la crítica especializada; la música vocal, más que la instrumental, está sujeta a críticas, porque el mensaje siempre está en discusión.
¿Cómo define sus canciones?
Las canciones que interpretamos son de nuestros ancestros y originarios de Lacasani; tienen un estilo interpretativo diferente al de los demás sikuris, pues sus melodías tienen un ritmo pausado y triste. Creo que invitan al pensamiento introspectivo de solidaridad, justicia y al parecer potencian nuestras capacidades de creatividad e incluso pueden combatir la depresión. Nuestras canciones son usadas o interpretadas preferentemente con fines religiosos, en la fiesta de las Cruces del mes de mayo.
¿Son varias las etapas de su actividad musical?
Efectivamente. La quena y el siku las aprendí a ejecutar en mi etapa escolar; posteriormente, en la UNAP pertenecía al Centro Universitario de Música y Arte (CUMA), donde ejecutaba el siku. Ya como docente reactivé la Estudiantina Cornejina de la IES Comercio 32, llegando a grabar un DVD para sus bodas de oro (2007), donde ejecuté el acordeón. Como actual presidente del Sikuri Primero de Mayo, gesté la grabación de un videoclip musical con temas originarios de la fiesta de las Cruces del mes de mayo; asimismo, representé a la agrupación ante el Ministerio de Cultura del Perú y, en el concurso nacional convocado mediante el Decreto de Urgencia N° 058-2020-MCP, obtuve un apoyo económico para concretar nuestro proyecto musical.
¿Cuándo sabe que una canción está terminada?
Es difícil. En el Sikuri, que es conformado por varios integrantes, la armonización, el estilo e interpretación musical requiere mucha sincronización; la composición de las letras, su mensaje, el idioma a emplearse, la elección del o la vocalista entre otros elementos, parece que nunca se termina… porque cuando escuchamos el producto musical ya grabado en un dispositivo, aparecen algunos errores y dices por qué no fue de esta manera. Para terminar una canción es necesario cumplir un plan, elaborar previamente un proyecto, cumplir el cronograma establecido, aunque siempre haya algo que corregir después.
¿Qué planes tiene para el futuro?
Actualmente estamos difundiendo nuestro producto musical, el DVD del Sikuri, incorporando más integrantes a la agrupación y en preparativos para participar en eventos culturales. Asimismo, estamos ampliando los ensayos para incorporar el pinquillo del carnaval de Moho, el pito de auquiauqui e inclusive conformando una estudiantina.
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