Sandia. Gloria Sillo Quispe, de 39 años de edad, eleva a 15 las estadísticas por muertes maternas en la región Puno. La mujer, que tenía 28 semanas de gestación, tenía anemia y se había contagiado de covid-19, lo que agravó su estado de salud hasta llevarla a la muerte.
Ella era procedente de Limbani (Sandia), donde vivía con sus cinco hijos, todos menores de edad, y su esposo Vicente Mamani. Según informó el personal de salud, Sillo no cumplió con sus controles prenatales.
Además, desde la Red de Salud Melgar, a la que está adscrito el puesto de salud de Limbani (por cuestiones geográficas), se informó que la madre gestante no habría querido recibir la vacuna anticovid, pese a encontrarse en situación de vulnerabilidad.
El bebé que llevaba en el vientre tampoco se salvó, mientras que su pareja deberá hacerse cargo de los otros menores que quedan en orfandad. Además, tendría una hija en otra pareja que no vive con ella.
Cabe señalar que las cifras de muertes maternas son poco esperanzadoras, teniendo en cuenta que se cerró el 2020 con 17 casos: a ocho meses de este año ya hay 15.
Cuestionamientos
Los lugareños cuestionaron al personal de salud, pues no se habría referido oportunamente a la paciente al hospital de Ayaviri, a pesar de que fue internada el 16 de agosto en el puesto de salud de Limbani.
La gestante recién ayer fue referida a Ayaviri en una ambulancia, sin personal de salud y únicamente con el chofer. Por su estado crítico, murió en el hospital de esa localidad. Consideran que era mejor llevarla al nosocomio de Macusani, por ser más cercano.
Asimismo, piden que se investigue si la mujer habría sido automedicada por el propietario de una botica clandestina. También esperan que las autoridades del sector y el Ministerio Público esclarezcan el caso, al margen de algunas malas decisiones de la paciente.
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