Huancané es la capital de la provincia del mismo nombre, tierra de “Matacuras y Walawalas”, y está ubicada a 3 mil 841 metros de altitud. Está rodeada de los apus tutelares Pocopaca y Santa Bárbara. Fue creada por Decreto Supremo de fecha 21 de junio de 1825, como distrito, y el 19 de septiembre de 1827 ascendió a provincia, con su capital Huancané.
Huancané, en la época de los incas, fue un tambo, paso obligado para Chuquiago (La Paz). Luego formó parte del obispado de La Paz; posteriormente, debido a la demarcación territorial, pasó a formar parte de la Intendencia de Puno.
En la época colonial y republicana, los huancaneños demostraron su lucha y rebeldía contra la opresión de los hacendados mediante las rebeliones de José Gabriel Túpac Amaru II y Pedro Vilcapaza Alarcón (1782), razón por la cual la tierra chirihuana fue incendiada y expulsados los opresores. Se repobló la ciudad con migrantes bolivianos, entre ellos Gonzales de la Rivera y Santa Cruz Miranda, y luego con pobladores de Achacachi y Arequipa, que fueron perseguidos por los levantamientos de la independencia boliviana.
El segundo gran levantamiento fue con Juan Bustamante Dueñas (1866-1868), en coordinación con pobladores de otras provincias, como Azángaro y Lampa, contra el coronel Andrés Recharte, representante del poder central. Finalmente ocurrió la sublevación campesina de Huancho Lima (1923), localidad que en el gobierno de Augusto B. Leguía fue proclamada capital del Perú, con su máximo dirigente Carlos Condorena Yujra.
HUANCANÉ REBELDE
En la época de la invasión española y la posterior consideración de la colonia, fueron los huancaneños que, al mando del kuraca Wankani, enfrentaron a las huestes españolas con el propósito de salvar el estado confederado y socialista del Tahuantinsuyo.
El 30 de diciembre de 1738, en las cercanías de Azángaro, se produjo una batalla decisiva. Como resultado de varias horas de lucha sangrienta, las acciones favorecieron al ejército español. Cayó preso el cacique Andrés Ignacio Ccama Condori, junto con sus principales colaboradores y lugartenientes, y luego fueron conducidos a la Ciudad Imperial del Cusco, para su sentencia y ejecución a manos de los españoles. Por eso, como homenaje, en la Plaza de Armas de Huatasani se edificó su monumento en su honor.
Nicolás Sanka fue natural de Taraco (Huancané) y revolucionario quechua. Se caracterizó por su fiereza y energía. Prócer tupacamarista, estuvo presente en la rebelión desde sus inicios, coordinando acciones bélicas con Andrés García Ingaricona y Juan Cahuapaza. El 31 de marzo de 1781, fue acusado de acciones de traición y entregado al capitán virreinal Ramón Arias, quien lo hizo ejecutar los primeros días de abril de 1781, en Lampa.
Durante los años de 1781 a 1782, el líder de la comunidad campesina de Jorata (Huancané), Inti Condorena, acompañó a Pedro Vilcapaza Alarcón durante la rebelión dirigida por José Gabriel Túpac Amaru II, contra los abusos cometidos por autoridades españolas. Inti Condorena ordenó la muerte de cinco curas, que hacían exacciones y eran adúlteros. De allí el sobrenombre de “Matacuras” a los huancaneños. El escritor huancaneño José Luis Ayala Olazával asevera que Inti Condorena murió ahorcado en la Plaza de Armas de Azángaro, como ocurrió también con Pedro Vilcapaza Alarcón.
El cacique huancaneño Lorenzo Huanca, que se unió a Pedro Vilcapaza Alarcón, participó junto con hombres y mujeres aimaras para combatir, en Azángaro y Asillo, al lado de valerosos líderes como Silverio Quispe y Mariano Chancatuma.
En el distrito de San Antonio de Poto, hoy Ananea, el ejército rebelde tupacamarista se sostuvo en medio de las inclemencias de la naturaleza; sin embargo, el coronel Francisco Laura Gonzales y el teniente Félix Tagle se encargaron de apresar al cojateño Pedro Casilla, a quien hicieron decapitar en el acto por ser un líder de los peruanos expoliados. El historiador huancaneño Leoncio Mamani Coaquira escribe que, como un homenaje al líder cojateño Pedro Casilla, en la cuarta estrofa del Himno a Huancané se menciona su nombre.
Al inicio de la República no había aún el problema del colonialismo y los huancaneños participaron en las tropas patrióticas de Agustín Gamarra contra la Confederación Peruano-Boliviana; de igual forma lo hicieron en la batalla de La Palma (Lima), junto a Ramón Castilla, en enero de 1855, ganando el título de Glorioso Batallón Huancané.
Juan Bustamente Dueñas ofrendó su vida en la Rebelión de Huancané (1866-1868). Fue fundador de la Sociedad “Amiga de los indios”. Participó en el combate del 2 de mayo de 1866 y en los movimientos de masas campesinas en contra de los explotadores terratenientes; después de muchos combates fue ejecutado en la Plaza de Pusi (Huancané), el 3 de enero de 1868.
Algunos mestizos y muchos jóvenes aimaras y quechuas de la provincia de Huancané participaron en la defensa de la patria en la Guerra con Chile (1879-1883). Mención especial merecen las huancaneñas, que tuvieron un gran aporte durante y después de la Guerra con Chile: ellas confeccionaron los uniformes para el Glorioso Batallón Huancané, cumplieron el rol de enfermeras y de auxiliares de guerra.
En 1895, en la época de la coalición cívica democrática de Nicolás Piérola, cuando se encontraba en controversia con Andrés Avelino Cáceres, los huancaneños también tuvieron activa participación. En esa oportunidad, Gullermo Billinghurst, segundo vicepresidente de Nicolás de Piérola, se proclamó presidente de la República, en la casona ubicada en las calles Lima y Arequipa, declarando a Huancané como capital del Perú.
En 1915 se produce la rebelión del mayor Teodomiro Gutiérrez Cuevas, quien bajo el seudónimo de “Rumimaqui” lideró el ataque contra los hacendados de esta parte del altiplano. Los pobladores de Huancané nuevamente hicieron sentir su fuerza indomable y aguerrida, haciendo gala del apodo de “huancaneño rebelde”.
En 1923, Huancané vivió una época de rebeldía, esta vez encabezada por líderes campesinos de Huancho Lima, quienes se propusieron establecer una educación bilingüe, así como también recuperar las tierras arrebatadas por los gamonales a las comunidades campesinas.
BELLEZAS NATURALES
Entre las bellezas culturales y naturales se menciona la iglesia Santiago Apóstol de Huancané. La construcción de este templo se inició en 1700 y se concluyó el 12 de octubre de 1722; guarda pinturas religiosas de la escuela cuzqueña. Huancané cuenta con el rosario de las hermosas playas eco-turísticas de Chakawki, ubicado en el centro poblado de San Pedro de Huarisani, el delta de Coasía, el valle de Piata, las aguas encantadas de Juntuma, y las islas de rosario que se extienden desde la península de Jonsani hasta Moho.
COSTUMBRES DE HUANCANÉ
El patrón de la ciudad de Huancané es Santiago Apóstol, cuya fiesta patronal es el 25 de junio, actualmente decaída; pero sus fiestas grandiosas son la Festividad de la Santísima Virgen de Rosario de Huancané y la Festividad de la Santísima Cruz del 3 de Mayo de Huancané, que fue declarada como Patrimonio Cultural de la Nación por el Ministerio de Cultura en el 2015 y se celebra al compás de las zampoñas y de la gran danza guerrera de los Chirihuanos, valorada a partir del 2003 con su participación en el día central de la Festividad de la Santísima Cruz de Huancané.
PERSONAJES HISTÓRICOS
De este modo se consolida también la tradición de que Huancané es tierra de rebeldes y revolucionarios. Basta nombrar a Andrés Ignacio Ccama Condori, Nicolás Sanka, Inti Condorena, Lorenzo Huanca, Pedro Casilla, Juan Bustamante Dueñas, Antonio Riveros, Ignacio Ruedas Cordero, Marcelino Ochoa, Anselmo Morales, Sebastián Ajahuana Ccama, Mariano Perea, Mariano Luque Corimayhua, Evaristo Corimayhua Carcasi, Carlos Condorena Yujra, Mariano Pacco Mamani, Antonio Francisco Luque Luque, Pedro Nina Cutipa Corimayhua, Melchor Cutipa Luque, entre otras personalidades paradigmáticas y hombres valientes, de lo que ha sido, es y será después, en los siglos que vienen, Huancané.
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